A través del blog de ZapatillasRunning.net nos hemos enterado de la existencia de un estudio (aquí) publicado el verano pasado por un tal Dr. Niggs, que sugiere una premisa curiosa: la mejor guía para elegir la zapatilla adecuada para correr no es ni el tipo de pisada ni la amortiguación ni el peso del corredor, si no el confort. Sí, así sin más, las zapatillas con las que el corredor esté más cómodo.
El estudio citado comienza haciendo una revisión de los estudios existentes sobre la incidencia de la zapatilla en las lesiones de los corredores para concluir algo que por aquí ya sabíamos: que no existe ninguna evidencia de que los mecanismos de amortiguación y control de pisada de las zapatillas o de las plantillas reduzcan el riesgo de lesiones de los corredores. A continuación el Dr. Niggs sugiere, basándose en otro estudio supervisado por él mismo, que la mejor zapatilla para reducir el riesgo de lesiones se debe elegir en términos de confort.
Confort es un término muy relativo y variable, por lo que Niggs lo relaciona a otro concepto, al que llama ‘patrón de movimiento preferido’. Niggs define como confortable al calzado que menos interfiere con nuestro ‘patrón de movimiento preferido’, es decir el patrón de movimiento que nos sale de forma natural.
Vaya sorpresa. Esto podría coincidir plenamente con la definición de una zapatilla minimalista, que en definitiva es una zapatilla que interfiere lo mínimo posible en nuestra pisada.
Los conceptos son ligeramente distintos (no creo que el Dr. Niggs tuviera en mente a las zapatillas minimalistas cuando hizo el trabajo), pero sus conclusiones tienen bastante sentido vistas desde el marco ‘minimalista’: el cuerpo es el mejor indicador de si algo funciona o no, y cuanto menos interfieras en su funcionamiento, mejores indicaciones te dará.