A principios de este presente año se publicó un estudio realizado por científicos daneses con el que no se descubrió nada nuevo, pero sirvió para aportar algún dato más a la inacabable controversia que existe entre los tipos de zapatillas, tipos de pisada, lesiones y otras cuestiones que atañen al runner popular interesado en profundizar un poco más en su deporte favorito.
Tipos de pisada
El propósito del estudio no era otro que evaluar los tipos de pisada según el apoyo (antepié, medio-pie, retropié o asimétrico -un pie apoya en una de las tres maneras anteriores y el otro en otra distinta-) que presentan los corredores noveles cuando usan calzado deportivo tradicional (amortiguado). Para ello se evaluó a un total de 903 personas que tuvieran la particularidad común de no haber corrido más de 10 kilómetros en los últimos 12 meses; se les proveyó de un par de zapatillas Adidas Supernova Glide 3, modelo con la típica denominación de «zapatilla neutra», y se les puso a dar vueltas en una pista cubierta.
Los sujetos fueron grabados mientras realizaban el ejercicio, para que los científicos y observadores pudiesen catalogar posteriormente el tipo de pisada de cada individuo y así obtener resultados. Como es lógico, éstos no arrojaron nada nuevo ya que en el caso de los hombres, los porcentajes de retropié, medio-pie, antepié y asimétrico fueron 96.9%, 0.4%, 0.9%, y 1.8% respectivamente. En cuanto a las mujeres, ocurre más o menos lo mismo: 99.3%, 0%, 0%, y 0.7% respectivamente.
Las conclusiones a las que se llegó fueron bastante obvias: casi todos los runners noveles que se ponen a correr con zapatillas tradicionales (amortiguadas) aterrizan con el retropié (talón) y distan muchísimo de los tipos de pisada de los corredores élite y sub-élite.
En una entrevista concedida para Runners World, Michael Bertelsen, uno de los investigadores implicados en el estudio, confesaba que era evidente que la elección de zapatillas deportivas tradicionales condicionaba los tipos de pisada ya que su menor flexibilidad, su mayor peso, su amortiguación y su gran diferencia de altura entre la punta y el talón favorecían el aterrizaje con el retropié. También manifestaba que no tenía conocimiento de que pisar con el antepié sea más eficiente que hacerlo de retropié, y que se debía ser muy cuidadoso en sacar conclusiones precipitadas con respecto a la supuesta asociación de la pisada del corredor con la eficiencia de la carrera.
Con respecto a esto último, y sin querer quitarle cierta parte de razón en lo que dice, (ya que la economía de carrera no es exactamente eficiencia de carrera, aunque forma parte de ella), adjuntamos un estudio publicado a finales del año 2012 en el que se demuestra que con cuatro semanas de adecuación y costumbre al calzado minimalista, los parámetros de economía de carrera se ven mejorados.
No obstante, Michael Bertelsen ponía sobre el tapete de manera indirecta unas cuestiones a mi gusto muy interesantes:
¿Qué ocurriría si a los corredores noveles se les proporcionase calzado puramente minimalista y se realizase la misma investigación?. ¿Cambiarían los patrones de apoyo?. ¿Habría tanta diferencia con los tipos de pisada mostrados por los corredores élite y sub-élite?…
Salud!
Referencias:
http://www.gaitposture.com/article/S0966-6362(12)00448-1/abstract
http://www.runnersworld.com/beginners/study-almost-all-new-runners-heel-strike
Supongo que con solo ponerle el calzado minimalista habrán algunos cambios en esos porcentajes, pero no como para resultar significativos. Los participantes en el estudio seguirían corriendo igual dependiendo de donde corran, lo que hace que de verdad cambies tu manera de correr es hacerlo descalzo
Es corriendo descalzo, cuando te ves sin protección ninguna cuando la precaución a hacerte daño da lugar y cambias tu manera de correr
Si ese estudio se hiciera con las variables de zapatillas amortiguadas-zapatillas minimalistas-descalzos, incluyendo un periodo en el que se les enseñara técnica de carrera, se podrían sacar unas conclusiones más jugosas
Totalmente de acuerdo Mugen.
Gracias por comentar.
Salud!
Los científicos que realizan estos estudios son muy empíricos, (muy experimentales)y muy poco teóricos. De tan imparciales que quieren ser, parece que no quieran tener ningún prejuicio sobre la manera adecuada de correr. Probablemente tengan muy poca experiencia propia en lo que es correr. Tiene toda la pinta de ser así.
A mi juicio, es obvio que los corredores más eficientes impactan con el metatarso. Sencillamente impactar con el talón transfire la totalidad de la amortiguación en la fase inicial a las articulaciones de rodilla y cadera (con la mayor carga para éstas que ello implica). Además, no se produce una pretensión de los flexores plantares, de modo que se produce una tardía e ineficaz activación de éstos. Dicho de otro modo, no hay un aprovechamiento de energía elástica. Y podría enumerar muchos más defectos.
El problema que veo a estos estudios es que tienen mucho de estadísticos y poco de científicos. Lo explicaré con un ejemplo. Imaginemos que estamos analizando una ruleta en un casino para ver si favorece la salida de ciertos números. Realizando una estadística de los números que van saliendo, si veo que unos números salen significativamente más que otros, puedo inferir que existe una probabilidad alta de que la ruleta está desviada. Pero por otra parte, yo sé que incluso en una ruleta perfectamente equilibrada, perfectamente aleatoria, pueden salir secuencias de números muy desequilibradas. Una ruleta perfectamente equilibrada puede hacer salir 20.000 veces seguidas el número 5. Es poco probable pero no imposible. Y si sale 20.000 veces seguidas ese número, ni con esas podemos concluir que la ruleta tenga un desequilibrio significativo. A lo sumo podremos decir que existen probabilidades altas de que esté desequilibrada. Hay números que pueden salir significativamente más que otros, y con todo, ser una ruleta equilibrada. ¿Qué nos haría poder decir con certeza que está desequilibrada? Pues habría que ver el funcionamiento mécánico de la máquina, los cojinetes, muelles amortiguadores y demás elementos. En el primer caso , hablamos de un análisis estadístico que nos aporta pistas pero no una teoría o explicación causal. En el segundo, tenemos un análisis científico.
¿Por qué este rollo? Porque en muchos estudios que se realizan sobre variables que inciden en la carrera a pie, se utilizan sólo indicadores estadísticos. No se realizan estudios a la manera popperiana de entender una ciencia, es decir, con una teoría previa donde el experimento debe servir para ver si ésta resulta corroborada (que no verificada) o refutada.
En estudios como el que aquí se saca a colación no se pone a prueba ninguna teoría. Sencillamente no la hay. Se sigue un absurdo método inductivo, es decir, se pretende que a partir de los datos obtenidos estadísticamente se podrá alumbrar una teoría. A partir de esos datos, los que hacen el estudio suelen realizar sus hipótesis con una brevedad que denota que no han pensado mucho en el asunto. Y como colofón dicen que futuros estudios deberán realizarse (ulterior investigación). Claro, es lógico, hay quien vive de estudios cuya única conclusión es que se deberán seguir haciendo estudios.
Creo que se deberían hacer menos estudios y más teorías. Entonces sí, cuando se tenga una teoría, tratar de corroborarla o refutarla con estudios en todas las variables consideradas por dicha teoría.
Creo que hay una sobreabundancia de científicos experimentales y un déficit de científicos teóricos en estos asuntos y no sé a qué se debe tal desequilibrio.