Cuántas veces habré escuchado esa pregunta.
Cuando ves un calzado con dedos es de las primeras cosas que te pasa por la cabeza.
Y la respuesta es complicada.
Complicada para mí. Me es difícil ser escueto en temas que me apasionan.
Complicada para el/la oyente. Puede que no esté preparad@ para oírla.
Respuesta corta: sí, para mí son cómodas.
Respuesta larga: depende…
¿Qué entiendes por cómodo?
Un sofá que se adapta a nosotros es cómodo.
Unas botas con forro interior suave son cómodas.
Una chaqueta que aísla del frío es cómoda.
¿Y qué pasa cuando no tienes ese sofá, esas botas o esa chaqueta?
Llega la incomodidad.
Y no estás preparad@.
Porque la comodidad es esa madre que te ayuda siempre.
Es ese coche con ayudas que lo hace todo por ti.
Pero cuando te toca a ti hacerlo no recuerdas el procedimiento.
El calzado minimalista te deja hacer por tu cuenta.
¿Eso es bueno?
Otra vez: depende.
Si quieres comodidad durante todo el día, huye de este tipo de calzado.
Pero entiende que habrá unas consecuencias.
No te estarás preparando para la vida diaria.
Tu cuerpo se adaptará cada vez más a esa comodidad.
Hasta que algo moleste. O duela.
Pero las cosas casi nunca son blancas o negras, buenas o malas.
Puede que en algún momento necesites opciones cómodas.
Coje el ascensor para no cansarte o abrígate mucho para no pasar frío.
Pero asegúrate de que te preparas para cansarte y para pasar frío.
Si siempre coges el ascensor, cada vez te costará más subir escaleras.
Si te abrigas siempre, tu cuerpo será incapaz de responder al frío.
Crearás un cuerpo acomodado y, a la larga, con molestias.
Pero tampoco hay que irse al otro extremo (si no quieres).
Ya sabes que esto no va de blancos o negros.
Trata sobre grises.
Busca la comodidad.
Disfrútala.
Pero sé consciente.
Responsabilízate.
El abuso de comodidad tiene sus consecuencias.
Entonces, ¿son cómodas o no?
Sí.
Para mí son las zapatillas más cómodas que tengo.
¿Y para qué quieres adaptarte a ellas?
Para que tus pies funcionen como pies.
Y evitar así la dependencia de la comodidad.
Que está bien para un rato.
Pero abusar de ella nos limita a largo plazo.
Y recuerda comprar en una tienda de confianza, donde te puedan asesorar sobre la zapatilla, tallaje, etc. y que garanticen el cambio de talla, junto a un servicio rápido y eficaz.
Te recomiendo la tienda especializada en calzado barefoot ZaMi.es.
Desde el 2011 vende exclusivamente zapatillas minimalistas, además los gastos de envío son gratis (para España y Portugal).
Que post tan estoico.