Aquí os dejamos el texto ganador del 3er Premio de nuestro concurso, escrito por Fernando, en el que nos explica su motivación para correr descalzo-minimalista de la siguiente manera:

 

MI MOTIVACIÓN PARA CORRER DESCALZO

Cada salida que hago es el motivo de la siguiente salida:

Suelo húmedo o soleado, barro entre los dedos, manto de agujas de pino, suelo duro y punzante o suelo blando, amable y delicioso, pinchazo inesperado sin transcendencia más allá de un ¡uy! relax, relax, relax. ¿Y los pies…? Vivos, vivos, vivos, vivos, vivos, vivos…así hasta ciento noventa veces por minuto, y otro minuto, y uno más y otro. Amor y respeto me enseñan en cada salida que no vale lo que yo quiero o me gustaría – correr cuarenta minutos, correr una hora, correr una marathon- hay que escucharlos, comprenderlos y devolverles su poder innato con paciencia y humildad, ¿no es esto toda una disciplina de autoconocimiento que tan de moda están?

Pies molestos en los tendones: ¡Me pasé! Pies colorados en las plantas y hormigueando: ¡Uummm qué rico! Pies más robustos, anchos, regordetes en las plantas: ¡Más, más, más quiero, más! Ya no quieren más intromisión en su naturaleza, déjalos que te guíen y sabrás qué es caminar por esta linda tierra y nutrirte a cada paso: conectado, fluído, con ritmo, delicado,potente, elástico. Relajación, relajación, relajación.

Mi postura, mi técnica: reto nuevo en cada salida. No me encojo, me expando, firme pero no tieso ni lánguido. Atento, despierto con cada parte de mi cuerpo  -juego, corro, juego, corro, juego, corro…¡No quiero que esto me abandone nunca…no puedo paraaaaar!- Cinco, diez, quince…con los minutos que corra, el día queda impregnado de esa salida, llena de sensaciones, de sentidos menos obstaculizados, de alegría y de profunda satisfacción por ser diligente y aprender del cuerpo, el gran violentado: ¡ya no más!

¿Te imaginas correr sin lesiones, sin dolores constantes por esas lesiones? ¿Te imaginas sentirte limpio, fresco y hábil? ¿Quieres conectarte y vincularte con tu planeta? Pues…DESCÁLZATE, APRENDE, ¡¡¡INTÉNTALO!!!

Dudas, incertidumbre, procesos de adaptación delicados y pesados, volver al principio para empezar de cero, con nuevas sensaciones de ser un niño despreocupado, pero…a la vez, ser un adulto maduro que ya no se engaña. ¿No hay algo de verdadera inteligencia en todo esto de correr descalzo que nos lleva al disfrute y armonización de todo nuestro ser y no a la competición, a violentar nuestras capacidades, a los récords vacíos de una satisfacción profunda que repercuta en nuestra vida cotidiana y en las múltiples relaciones que vivimos?

Me deshice de hábitos, de negligencias, de formas establecidas, de miedos…y corro descalzo por ello. Ahora, la «máquina» se alimenta en cada salida por la importancia hallada en éstas, mis carreras descalzo.

¿No te atreves? Entiende y saca a la luz las dificultades, no las escondas y arrincones, pues retornarán más enrabietadas y complejas.

Ya no busco motivaciones ni aprobaciones, el fuego ya arde solo, con su propia fuerza y, esto, sólo se da cuando estás ante algo verdadero y, que por tanto, despierta una capacidad subyacente en estos pies dormidos, reprimidos y enclaustrados.

Junto con mis ganas, la curiosidad me lleva a páginas web como www.correrdescalzos.es, imprescindible punto de partida, ¡¡¡cóctel que todo lo anima!!!

El pie y la tierra son creaciones, la una para la otra. El pie sin la tierra que pisa no sería como es y, nosotros ni creamos la tierra ni los pies. ¡Dejemos que sigan su relación libres! Protejamos esa relación con mínima intromisión -zapatillas minimalistas- cuando sea necesario.

Animar y recobrar vida en una parte de tu cuerpo, los pies, repercute en todo tu ser.

Un saludo a todos.

Fernando González Fernández

 

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