Toda acción es sucedida por una reacción igual pero dirigida en sentido opuesto. Ésta es, en resumen, la Tercera ley de Isaac Newton o Ley de acción y reacción. Y ésta es, dicen en la web Newton running, la idea en la que se inspiraron para la fabricación de sus zapatillas.

Hace ahora algo más de un año, cuando comencé a saber de la existencia del minimalismo, leí mucho y bueno sobre estas zapatillas. En ese momento me parecieron una buena opción ya que lo de descalzarme me quedaba mentalmente muy lejos. Sin embargo, por aquella época resultaba imposible encontrarlas en España, además de que el precio era, y es, muy alto en comparación con casi cualquier otra marca. Más tarde, en mayo de este año, supe que ya se podían comprar en Barcelona y las estuve mirando, aunque no pude probármelas.

Por fin, hace unas semanas, me llegó en forma de e-mail la oportunidad de asistir a un clínic sobre las zapatillas Newton. Un poco tarde para mí, que ya corro descalza, pero seguía teniendo curiosidad.

salisasaki

El clínic en cuestión consistió en una presentación por parte del responsable de Newton en España de lo que ellos llaman el natural running. Evidentemente, el natural running no es otra cosa que el modo en que corremos cuando lo hacemos sin zapatillas. La exposición podría haber sido mejor, pero supongo que no estuvo mal teniendo en cuenta que para la mayoría de la gente que estaba allí aquella era la primera vez en que oían hablar del barefoot running.

Después de esa pequeña explicación sobre el modo minimalista de correr, el resto de la charla se enfocó en la opción planteada por la marca que consiste en correr como si fuésemos descalzos pero con la “protección necesaria”. Se trata de utilizar zapatillas con la amortiguación situada en un lugar diferente al que eligen para colocarla el resto de las marcas. En este caso, el máximo de amortiguación se sitúa bajo los metatarsos y, además, disminuyen la diferencia de altura entre talón y puntera hasta los 4 o 5 milímetros (según indican en su web). También tuve en mis manos su modelo más minimalista, el MV2, con cero milímetros de caída. No pude calzármelas pero me parecieron un poco estrechas. Resultaron ser, sin embargo, muy ligeras y flexibles.

Unos días más tarde tuve la oportunidad de calzarme las zapatillas. Pensaba que podría probarlas “en condiciones” pero finalmente el distribuidor no pudo proporcionar ningunas para que las pudiéramos usar al aire libre, así que, en vez de eso, tuve que dar unas vueltas por la tienda con un par medio número menos que el mío. El modelo que me calcé fue el Gravitas, aunque reconozco me hubiese gustado más el MV2. El Gravitas es un modelo de zapatilla neutra pensada para entrenamiento, bastante ligera pero con una buena dosis de amortiguación colocada, como en todos los modelos de la marca, en la zona de los metatarsos. Aunque, por si acaso, sitúan un refuerzo de goma más dura en la zona de posible aterrizaje del talón.

La sensación al calzármelas fue de comodidad. A pesar de que no eran mi número resultaban bastante cómodas y más ligeras que la mayoría de zapatillas tradicionales. Al ponerme de pie noté una curiosa sensación de inestabilidad, ya que las protuberancias que hay en la parte delantera de la suela hacen que haya un cierto efecto balancín. Es como estar sobre una superficie amortiguada, cómoda e inestable a la vez. En cuanto a la anchura, no son demasiado estrechas pero nada que ver con la amplitud que tienen en la zona de los metatarsos los modelos minimalistas. Yo no tengo el pie ancho pero ya me he acostumbrado a que los dedos tengan libertad. Newton compensa esta excesiva estrechez creando modelos de ancho especial que, lamentablemente, no están disponibles en Europa.

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Detalle de la las protuberancias que proporcionan el extra de amortiguación en la zona de los metatarsos.

Corrí un par de minivueltas con ellas y comprobé que realmente te obligan a caer con el antepié,  aunque las sensaciones no son las de correr descalzo ya que no sientes el suelo. La amortiguación en la zona del metatarso es considerable y el rebote posterior también. Es como si después de cada apoyo la pierna saliera disparada ella sola hacia atrás sin tener que hacer nada para que eso suceda. Apenas tenía espacio para correr pero mi sensación era que, si lo hubiese tenido y hubiese podido correr libremente, con ese rebote y la “obligación” de caer de metatarso, hubiese aumentado la longitud de mi zancada y la velocidad, pero a una cadencia menor que cuando corro descalza.

Mi percepción es que con estas zapatillas se corre de un modo parecido a cuando lo hacemos sin nada pero con más amortiguación y un gran rebote. Eso hace que sea fácil emocionarse y ponerse a correr rápido sin más, sin tener que hacer grandes esfuerzos por cambiar la técnica y, sobre todo, sin que nuestro cuerpo aprenda cómo se hace. Y aunque los responsables de Newton insisten en que con estas zapatillas se corre de un modo natural (similar a correr descalzo) y en el clínic al que asistí se hablaba de conceptos como propiocepción o amortiguación natural, eso no es lo que sentí al calzármelas con los pies a tanta distancia del suelo y con tanta amortiguación.

Da la impresión de que Newton pretende que el atleta cambie el modo de correr de una manera fácil: los músculos, tendones y articulaciones son liberados de una gran parte de trabajo ya que éste lo hacen las zapatillas. Un concepto, para mí, parecido al que subyace tras otras novedades en calzado como, por ejemplo, los zapatos MBT. Por ello no es extraño que las zapatillas Newton entusiasmen a aquellos que quieren cambiar el modo de correr pero no están dispuestos a pagar el peaje de una lenta transición (con las Newton también hace falta, no nos engañemos, pero mucho más corta) y, sobre todo y más importante, no quieren ver como sus tiempos empeoran durante una temporada. En concreto, parece que entre los competidores de triatlón en Estados Unidos están arrasando.

Por otra parte, aunque los responsables de Newton dicen estar convencidos de que lo mejor es correr como lo hacemos cuando estamos descalzos, no parecen confiar demasiado en el pie descalzo, pues se contradicen cuando, después de explicar las maravillas del barefoot running y de citar nombres como el de Daniel Lieberman y Mark Cucuzzella, proponen una zapatilla muy amortiguada.

Mi pareja, que llevaba tiempo con la idea de comprar unas Newton, también se las probó. Hace unos meses ya lo había hecho y estuvo a punto de comprarlas pero el modelo que se probó entonces le iba estrecho. Sin embargo, como la sensación le había gustado, seguía detrás de la marca. Estas zapatillas parecían ser las ideales, pues tiene el pie acentuadamente cavo y por tanto dispone de una deficiente amortiguación “de serie” que hace que habitualmente le duela la zona de los metatarsos (justo donde Newton pone más amortiguación). Volvió a probárselas, con la esperanza de poder conseguir más adelante uno de los pares de ancho especial, y su sensación fue la de que le sobraba zapatilla, amortiguación y rebote. ¿Qué había cambiado desde la última vez? Que lleva un tiempo usando unas zapatillas mínimas (que escogió porque eran más anchas que todas las demás) y, sobre todo, que hace unas semanas se decidió a dar un par vueltas descalza a una pista de atletismo y no sintió que necesitara amortiguación extra.

En resumen, mi opinión es que estas zapatillas intentan mejorar algo que es difícil de mejorar: el pie. Y que se quedan a medio camino entre el minimalismo y una zapatilla tradicional, no sé si porque no se han atrevido a ir más allá o porque no están realmente convencidos de ese natural running con el que se identifican. Porque, de lo contrario, ¿para qué tanta amortiguación?

Me quedo, de todos modos, con ganas de probar las MV2, que por cierto incluyen un par de cuñas para elevar el talón 3 milímetros por si el corredor prefiere un tacón elevado. ¿Tan poco confía la marca en el concepto en el que basan sus diseños? ¿O es que no quieren perder clientes potenciales y prefieren pecar de falta de coherencia antes que perder posibilidades de negocio? Con esas cuñas las zapatillas se convierten en algo más parecido a unas voladoras clásicas y eso supone más clientes potenciales.

Para finalizar quiero remarcar que esto es sólo mi opinión subjetiva, que no pretendo desacreditar estas zapatillas y que no dudo de que puedan ser una buena opción para algunas personas. De hecho, por lo que yo sé, son muchos los que alaban sus bondades. En concreto Mark Cucuzzella ganó el 17 de septiembre la Air Force Marathon con un tiempo de 2:38 y unas Newton MV2.

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