Una forma de expresión y afirmación

 

manifiesto personal minimalista
por Tío La Chancla
(trasunto de Rasbatan y Pie Rojo)

 

 

Índice

-La vuelta a empezar y “El libro”

-Descubriendo el piriforme: mi primer experimento minimalista

-En busca de la libertad y del pasado

-Pie Rojo a por el tesoro perdido

-Transición: primeras recompensas y sufrimientos

-No estoy solo: “With a Little help of my friends”

-La transformación: el “Tío La Chancla” un tímido provocador

-To be continued

 

A la familia descalza y minimalista

Porque eu sou do tamanho do que vejo
E não do tamanho da minha altura…»
[Alberto Caeiro]

 

Al igual que sucede en otras parcelas de nuestra vida no creo que exista una motivación única para iniciarse y perseverar en el correr descalzo y minimalista. Más bien un cúmulo de ellas que se entremezclan,  adicionan, interiorizan y te empujan a continuar de una forma casi refleja, instintiva, necesaria. No obstante, si me detengo por un momento a reflexionar me parece encontrar una motivación profunda, compendio a la par que causa y efecto de todas: la expresión y afirmación de uno mismo. Esa misma expresividad que me empuja a luchar con este papel para contar, contarme, la historia de como he llegado hasta aquí en un viaje de reencuentros: conmigo mismo, con mi pasado, con mi entorno.

 

La vuelta a empezar y “El libro”

No, no soy nada original y es imposible negar lo evidente. Como la mayoría de nosotros mi camino  iniciático arranca con “El Libro”: Nacidos para correr. Así que tampoco puedo negar que algo de la chispa de lo nuevo me incitó. Pero, aunque no creo en los milagros,  mi primer impulso fue, como para McDougal, la salud o más bien el temor que todo corredor lleva grabado: el riesgo de lesión siempre presente. Ese tema que parece el preferido de la tribu corredora, por delante incluso de las marcas y los retos.

Ahora no tengo más remedio que remontarme en el tiempo para contar mi historia. Como ya comenté en un post de nuestro foro, en abril de 2011 volví a esto del correr tras siete años con las zapatillas colgadas. Preparando mi quinta maratón me rompí el menisco interno de la pierna derecha. Tras la operación me diagnosticaron desgaste rotuliano, la famosa condromalacia, en la otra rodilla que también estaba operada hacía tiempo de menisco, en este caso del externo. El traumatólogo que me opero me aconsejó dejarlo, dedicarme a la bici o la natación y tomar un condroprotector, Xicil.

Me costo muchísimo. Al principio cada vez que veía un anuncio de una carrera me deprimía pero poco a poco se fue pasando, o eso creía. Comencé a sacar más a menudo la bici e incluso estuve yendo a nadar casi un par de años. Pero no era lo mismo. Cuando corría saltaba de la cama y en apenas unos minutos podía estar en la calle. Sacar la bici o ir a nadar requerían toda una preparación y equipamiento. Así que cuando despertaba un poco cansado y empezaba a pensar en coger la bici, quitar los candados e hinchar las ruedas, me salía el vago que llevo dentro y no lograba levantarme.

En resumen, cuando me quise dar cuenta me había convertido en un auténtico y convencido sedentario. En abril de 2011 una lumbalgia, unos cuantos, bastantes, kilos de más, el azúcar por las nubes, la tensión subiendo y la sensación de que me estaba oxidando despertaron otra vez al monstruo. Creía que ya estaba superado pero la adición de correr, incluso cuando se empieza tarde como en mi caso, es mucho más fuerte: una auténtica droga.

Desempolvé unas New Balance que conservaba todavía de mi etapa anterior y comencé a salir con ellas veinte minutos dos o tres veces por semana. En junio descubrí por la red a los Tapieros (¡qué excelente grupo!) y venciendo mi timidez empecé a ir los jueves con ellos a correr por la CdC (Casa de Campo) y a entrenar más días y más en serio.

Las NB tenían muchos años y seguía creyendo, como  artículo de fe, en las bondades de la amortiguación y los peligros de su desgaste,. Así que necesitaba unas zapatillas nuevas. Siguiendo los consejos de Murakami, me compré unas Mizuno, las Wave Inspire 6 que me parecieron entonces la caña y que ahora me resulta imposible calzar.

También estaba ávido de lecturas relacionadas con el tema y después del Murakami y el delicioso libro de Echenoz sobre Zatopek andaba a la caza y captura de libro. Nacidos para correr ya lo había ojeado en alguna librería y me había resultado curioso. Después había empezado a oír  hablar mucho de sus éxitos de venta y del boom que había supuesto en EEUU. Como además la editorial que lo publicaba en España, Debate, siempre me ha merecido mucha confianza, al final lo compré. Y lo devoré.

Me pareció un libro muy entretenido, poblado de unos curiosos y locos personajes que eran reales. Descubrí a los tarahumara, o rarámuri, los ultramaratones y algunas verdades sobre Nike y su millonario invento de las zapatillas de running en los 70. Todos los argumentos que presentaba el libro para correr descalzo me parecieron lógicos y algunos venían además avalados por prestigiosos investigadores.

Así, por ejemplo, todo un señor doctor de Harward, Daniel Lieberman (el Barefoot Professor) se atrevía a afirmar:

Muchas de las lesiones de pie y rodilla que padecemos actualmente están causadas, realmente, por el uso de zapatillas deportivas que en realidad hacen más débiles nuestros pies y hacen que realicemos un movimiento de pronación excesivo, lo que termina produciendo problemas de rodilla. Hasta 1972 cuando la zapatilla moderna fue inventada por Nike, la gente corría con un calzado con la suela muy fina, tenía pies más resistentes y una incidencia de lesiones de rodilla mucho menor. [McDougall, Christopher. Nacidos para correr, p. 235]

¿Y si fuera verdad? Empecé a Googler y descubrir páginas e información muy interesante y curiosa sobre el tema. Me planteé entonces que, además de perder peso, esta forma de correr podía ser menos agresiva para mis tocadas rodillas ¿Por qué no intentarlo?

 

Descubriendo el piriforme: mi primer experimento minimalista

Después de darle muchas vueltas, finalmente el 12 de julio me decidí y pertrechado con unas Tex de 8 € del Carrefour me lancé al experimento. Como he descubierto con el tiempo, esta es otra de las características y motivaciones de los minimalistas: la experimentación y el hágalo usted mismo. Los Huaraches del siglo XXI (unas Newfeel excelentemente tuneadas por Pegasus) o el tutorial de Moi en Cualquiera puede hacerlo sobre cómo transformar unas zapatillas amortiguadas en zapatillas minimalistas son excelentes ejemplos de esto. Lo importante es el pie y un minimalista que se precie corre con cualquier cosa que cumpla las reglas, a poder ser la más barata.

Ésta es la ingenua anotación de mi diario de aquel memorable día:

7 kms con las zapatillas del Carrefour por el Anillo Verde y algo de pista y 8 minutos descalzo con calcetines sobre césped, más técnica de carrera Buenas sensaciones, la única molestia en la zona lumbar y el glúteo izquierdo y algo en los dedos de los pies por la compresión de la zapatilla. Sin molestias de rodilla o tobillos, ni malas sensaciones en el pie. He corrido a un ritmo lento por miedo a forzar y porque estaba algo fatigado.

¡Pero qué burrada! A los pocos días cuando fui al fisio descubrí un músculo llamado  piriforme y tuve que parar más de dos semanas. Cuando lo pienso todavía agradezco la suerte que tuve y el no haber intentado correr directamente descalzo. Con las lecturas posteriores descubrí que esta burrada, tan común en los novatos, se conoce como TMTS (Too Much Too Soon): tendencia de los nuevos corredores descalzos a correr más o más rápido de lo que su cuerpo es capaz (Jason Robillard dixit).

 

En busca de la libertad y del pasado

Gracias a la burrada descubrí otra característica de nuestra secta que nos mantiene en la brecha: la perseverancia. En la mayoría de los casos después de cometer el pecado TMTS los minimalistas recapacitamos, reconocemos el error, nos reímos de nuestra ingenuidad, seguimos leyendo y descubrimos la virtud. Transición es el nombre de la paciencia minimalista y tiene sus reglas pero promete grandes recompensas si se cultiva con sabiduría.

¿Cuál es el premio? Lo descubrí mientras veía el famoso vídeo de Cucuzella, el amigo  Mark le llama Piessucios. No se cuantas veces lo he visto, el caso es que lo tengo grabado en la cabeza con su melodía y siempre despierta en mi el ansia de libertad y de conexión con el entorno. He aquí la motivación y el premio a la transición: disfrutar y correr en libertad. Como Mark o, al menos, intentarlo.

Cuando entreno o esto en carrera y algo va mal, noto que me fallan las piernas o siento que estoy perdiendo la postura, comienzo a oír la música y me visualizo corriendo como Mark. Y me siento libre y solo quedamos yo y el entorno.

Y también el pasado. Cuando quitas todas la tecnología de tus pies y corres descalzo comienzas a conectarte no sólo con el terreno. A veces se desboca la imaginación y  aunque vayas por la calle comienzas a sentirte un miembro del clan correteando por la sabana. La desnudez de los pies te conecta con el primer hombre, con la humanidad. Sueñas y sólo estás tu y la naturaleza. No luchas, no buscas una marca, solo conectarte.

Disfrutas, con esa china que te recuerda tu debilidad, con el suelo húmedo que te refresca, con los cambios de temperatura, de textura. Notas como se van fortaleciendo tus plantas y tus pies, esos apéndices tan torturados y olvidados, son los que te devuelven ahora las sensaciones y te hacen sentirte vivo.

 

Pie Rojo a por el tesoro perdido

Se me hacia algo cuesta arriba tener que bajar el ritmo, pero ahora además de tratar de machacar menos mis rodillas anhelaba encontrar el premio. Tras superar algunas dudas respecto a comprar zapatillas por Internet y sin probármelas, el 19 de julio encargué las minimalistas más mínimas en zapatillas minimalistas: las Vivobarefoot Ultra, mis amadas chanclas rojas. Desde que abrí la caja fue un amor a primera vista.

Con la llegada de las zapatillas se me ocurrió abrir un blog para contar mis experiencias. En honor a ellas me identifiqué en Blogger como Pie Rojo y titulé al blog con el poco original nombre de ¡Descálzate y corre! (acrónimo Dyc, como el whisqui). El 10 de agosto, aprovechando que hacía mis dos primeros kilómetros minimalistas, escribí mi primera entrada más personal. La reproduzco aquí ya que habla bastante de otra de las motivaciones para empezar y continuar en esto: la recuperación de los sentidos.

 

MIÉRCOLES 10 DE AGOSTO DE 2011

Recuperando los sentidos: mis primeros 2K minimalistas

Aunque el domingo ya estrené corriendo por la Zarza mis zapatillas minimalistas, unas Vivobarefoot Ultra, hoy es el primer día que me he atrevido con dos kilómetros seguidos.

Siguiendo los consejos del libro que estoy leyendo (The Complete Idiot’s Guide to BarefootRunning) estoy siendo bastante conservador para evitar lesiones:

• estoy utilizando el calcetín-plantilla que llevan las zapatillas para tener más protección aunque  en un par de meses me gustaría estar ya corriendo sin él.
• he corrido por el carril bici (terreno a la vez duro y liso)
• me he despreocupado del ritmo (un trote cochinero de 7:25 minutos por kilómetro)
• me he centrado en la pisada con el ante-pie y en mantener la postura erguida.

Aunque ya he experimentado andando con estas zapatillas, corriendo la sensación del terreno que dan es espectacular. Incluso con el calcetín-plantilla se nota cada chinita del terreno.

Perdiendo la vergüenza y siguiendo el ritual que comencé la semana pasada, después del trote he estado andando descalzo por el carril bici cerca de 15 minutos. Las sensaciones han sido aún mejores y he experimentado con placer la propiocepción en funcionamiento, la estrecha comunicación pie-cerebro al sentir la rugosidad y calidez de la pista en las plantas de los pies.

En una zona con algo de tierra y piedrecitas he sentido las reacciones y la adaptación de la marcha según el tipo de terreno. Al final no lo he podido resistir y trotado unos segundos descalzo…

Algo me dice que esto del minimalismo es algo más que una forma de correr o una moda pasajera y comienzo a verlo y sentirlo de modo más amplio: una forma de comunicación interior, de recuperación de los sentidos perdidos e incluso de comunicar con nuestra historia evolutiva. En resumen, una manera de disfrutar más de la carrera.

Veremos mañana como va todo…

Si, algo más que una forma de correr: toda una filosofía para disfrutar más de la carera.

Recuerdo el primer día que comencé con el ritual de andar descalzo tras correr. Fue un gran paso no sólo por las sensaciones, sino por lo que tenía de autoafirmación eso de perder la vergüenza. Otra manifestación de las perseverancia minimalista. Pese a las voces de la familia, los amigos, conocidos y desconocidos que te tildan y tratan de loco y piensan que se te pasará pronto, sigues y vas superando la vergüenza. Poco a poco ganas seguridad al descalzarte, una seguridad directamente proporcional al goce que te produce esta forma de correr, de sentir.

Entre las vacaciones, las ocupaciones y, sobre todo la vaguería, el blog ha sido un intento fallido y sólo cuenta a día de hoy con cinco entradas. Entre mis proyectos futuros esta sacar tiempo para revivirlo. Mientras, para compartir experiencias me conformo con el Facebook y, por encima de todo el Foro Correr Descalzos, del que luego hablaré.

 

Transición: primeras recompensas y sufrimientos

Aprovechando las vacaciones en un sitio privilegiado, Llanes, continúe con mi transición. Partiendo de unos poco minutos progresivamente fui incrementando el tiempo tanto de andar y correr descalzo como de correr con las chanclas rojas. ¡Qué gozada el Paseo de San Pedro! Me levantaba temprano, subía al Paseo, me descalzaba en el césped y caminaba suave contemplando el mar. Luego bajaba al asfalto para coger la carretera hacia Poo y comenzaba a correr descalzo. Después me calzaba las chanclas y de regreso vuelta a descalzarme. Además, para reforzar y fortalecer más los pies me pase todas las vacaciones calzando las Vivobarefoot Achilles que también había comprado.

A pesar de la progresividad, durante tres días tuve que parar pues apareció una molestia en el gemelo izquierdo. Un aviso como luego descubrí de que no iba tan lento como pensaba.

De vuelta de las vacaciones seguí entrenando y yendo los jueves con los tapieros pero ya con mis chanclas rojas. Algunas preguntas sobre el tema, pero ninguna risa y aceptación. La cosa iba bastante bien y el 25 de septiembre corrí mi primera carrera minimalista de 10 kilómetros: Madrid corre por Madrid. Todo correcto hasta el kilometro 5 en que volvió a aparecer el dolor del gemelo. No obstante logre finalizar con una aceptable tiempo neto de 57:40 (57:40 de tiempo real).

Después de reposo, una pasada por el fisio, mucho estiramiento y tras tener que perderme la tapia nocturna del 6 de octubre que tantas ganas tenía, parecía que ya me había recuperado.

Aunque el día anterior el gemelo me había dado otro aviso, el 16 de octubre me levante con apenas molestias. Así que me calcé las chanclas para ir a por mi segunda carrera minimalista: la Carrera de la Ciencia. Hasta el kilometro 6 las molestias fueron llevaderas, pero a partir de allí empecé a sufrir. Como notaba que si bajaba el ritmo la cosa empeoraba, decidí incrementarlo. Al final terminé y haciendo un tiempo real de 55:04 ¡Mi mejor marca desde que volví a correr en abril, con unas minimalistas y tocado del gemelo!

Me había pasado un poco y se imponían unos días de reposo. Finalmente superé el problemas como escribía al final de la, hasta hoy, última entrada del blog:

Reflexiones finales

Aunque no se puede cantar victoria muy rápidamente, creo que, si no cometo ninguna burrada, el problema esta superado y no ha sido más que un tema de sobrecarga.

Así que ahora a ver si me disciplino, sigo con el diario y voy incrementando (sin sobrecargas) el tiempo de rodaje descalzo. Aunque estoy muy contento con mis chanclas rojas la verdad es que cada vez disfruto más corriendo sin nada. Lastima que ahora con el invierno se va volver un poco más difícil esto del barefootismo.

También tengo que mejorar la técnica. La verdad es que estoy procurando que esto no me obsesione mucho. Aunque todos remarcan la importancia de la cadencia de los 180′ pasos por minuto yo creo más en la importancia de la postura y en el principio del relax, relax, relax.

No estoy solo: “With a Little help of my friends”

Paralelamente había descubierto que no estaba solo en esto. Aunque me había registrado a finales de julio y había comenzado a seguirlo, hasta el 14 de octubre no me decidí a presentarme en el Foro Correr Descalzos.

Este es el gran sitio de la familia minimalista de habla hispana, una comunidad que crece y crece y roza ya los 400 miembros. Gustavoblues, Gebrelayos, Kraska, Peluko, Pepetdelraiguer, Pesque, Piesucios, Prometeo, Sobotta, Zephir y tantos otros (perdón por las omisiones) con sus enlaces, ideas, consejos y ánimos han sido desde entonces una parte muy importante de mi motivación.

¡Gracias compañer@s! pese a la virtualidad y la distancia, el eco de vuestras palabras y vuestra motivación me han impulsado más de una vez en momentos difíciles y he vencido los miedos, superado la vergüenza y corrido con el orgullo de ser parte de una familia. Algunas veces cansado he apretado los dientes y he seguido adelante: no os podía defraudar y dejar mal.

Con esta gran ayuda continué progresando en mi transición. Esta vez sin problemas. El 10 de noviembre hice mis primeros 5 kilómetros descalzo, el 27 en la carrera Ponle Freno logré con mis chanclas bajar de 50’ en 10 kilómetros (47:11 de tiempo real)  y el 1 de diciembre corrí mis primeros 8 kilómetros totalmente descalzo en 42’. Con estos para mi grandes avances, empecé a plantearme dos retos para el 2012 que me parecen alcanzables: correr mi primera carrera de 10 kilómetros descalzo y bajar de 45’ en esta distancia. No sé, pero estoy casi seguro de con las amortiguadas no habría llegado tan lejos o me habría costado mucho más.

Mis primeros 5 km. descalzo

 

La transformación: el “Tío La Chancla” un tímido provocador

El frio me ha hecho dejar de momento las salidas descalzo para evitar posibles problemas. Pero casi por casualidad he encontrado un buen sustituto: los huaraches. Después de leer un aviso en Zapatillas Minimalistas. Net sobre una oferta de las Luna Sandals ATS el impulso me pudo y las encargué el 3 de diciembre. No puedo negar que cuando abrí el sobre en que llegaron era un poco escéptico ¿será verdad que voy a poder correr con esto?

Las estrené el 15 de diciembre y como puse en un post del foro, las sensaciones fueron espectaculares:

¡Alucinante! Acabo de regresar y dadas las buenas vibraciones al final en vez de 15′ han sido 30′ a un ritmo lento (algo menos de 6’/km). Nunca había usado unas huraches para correr y tenía mis dudas, pero me ha parecido una experiencia excelente. Creo que a partir de ahora voy a tener serias dudas entre sacar a correr las Vivobarefoot Ultra o estas. Y me temo que las Neo se van a quedar o sólo para andar o para tiradas muy cortas.

…

Aunque 30′ son muy poco, después de estas primeras impresiones he pasado de pensar que me había vuelto loco por comprarlas a enamorarme de estas zapatillas

Conclusión: si fuera sólo cuestión de calzado, mañana mismo me apuntaba a la próxima Leadville

Si las Ultra son mi primer amor, los huaraches me han transformado por completo y me han convertido en el Tio La Chancla.

¿Cuál ha sido esta transformación? Siento que los huaraches me han hecho perder mi timidez natural y descubrir una nueva motivación: la provocación. Al principio cuando me descalzaba o sacaba las chanclas rojas sentía algo de vergüenza y miedo a qué alguien me mirara o me dijera algo. Con las Luna casi estoy deseando que me pregunten y me lleno de orgullo e incluso saco pie cuando entrenando o en carrera siento las miradas o oigo a algún corredor decir a otro “¿has visto lo que lleva ese?” Si, se puede correr con ellas y con muy buenas sensaciones.

El 31 de diciembre las estrené en la San Silvestre Vallecana popular. La corrí con mi sobrina Nuria y su marido Guille que se han convertido en estupendos compañeros de carreras. Además de la compañía y el ambientazo me lo pase estupendamente gracias a las sensaciones con las ATS. El tiempo, 54:35, era lo de menos pues iba a disfrutar y disfrute de lo lindo en esa subida en que el público te llevaba.

Después de participar en todos los sorteos de Zapatillas minimalistas. net al fin la suerte me sonrío y en el último me tocó la camiseta. Gracias Alvaro (Feet) y Raquel, no sólo por la camiseta sino por el excelente sitio, otra fuente obligada para los minimalistas hispanos. Desde entonces procuro tenerla apunto para lucirla en las carreras, especialmente en las que corro con los huaraches. Su lema, freedom for your feet, incrementa la provocación y me hace sentir aún más libre.

Cuando contemplo los huaraches en el suelo de mi habitación me doy cuenta que se han convertido en el símbolo de una elección, de una reafirmación. Nada más que esto y todo esto es para mi el minimalismo.

Tio La Chancla en la Vuelta Pedestre a Tres Cantos

 

To be continued…

Después de esta demasiado larga historia llego al final, bueno al principio. Hace unos días he vuelto a descalzarme al terminar los entrenos. De momento con calcetines por temor al frio, pero deseando la primavera, deseando la vuelta a las sensaciones de correr totalmente descalzo. Mientras por aquí sigo, totalmente renovado y continuando el camino…

 

Salu2 y chancleteo

Tío La Chancla

«El que va con los pies descalzos no debe plantar espinas»