En el mundo del running, muchas veces empleamos términos del argot, que gracias a su significado, nos ayudan a entender mejor ciertas situaciones. Por ejemplo, cuando hablamos de ejercicios de “técnica de carrera”, nos referimos a aquellos movimientos que practicados con cierta asiduidad, permitirán mejorar nuestra manera de correr. Otro término muy usado entre los corredores populares, sobre todo entre los de más alto nivel, es el de “calidad”, cuando se refieren a sesiones de entrenamiento en las que se incluyen series u otro tipo de trabajo específico que redundará en una mejora del estado físico del corredor, y a la postre, en mejores resultados deportivos.

A muchos, estos términos nos quedan demasiado grandes, y aunque en mi caso intento basarme en un plan preestablecido de entrenamiento que integre sesiones variadas en cuanto a intensidad, volumen, distancia y velocidad, se podría decir que lo uso para mantener mi motivación intacta. En el fondo, sigo simplemente “saliendo a entrenar” y estando más pendiente a lo que me dice mi cuerpo de cuasi-cuarentón que a deslomarme en sesiones inacabables y demasiado exigentes que, con toda seguridad, me acaben dando más problemas que satisfacciones, sobre todo en el aspecto físico.

Tampoco nos engañemos: a todos nos gusta mejorar y comprobar que el trabajo realizado en los entrenamientos tiene una recompensa a medio-largo plazo, pero ésta puede venir en muy variadas formas alejadas de la competitividad o de la excesiva exigencia; incluso realizando nuestros quehaceres diarios, como subir alegremente esas largas escaleras que antes nos dejaba sin aliento, perder esos kilos de más por el simple hecho de trotar un rato al día o abandonar los malos hábitos como el tabaco o el alcohol son algunas de las muestras que justifican que para conseguir “éxitos”, no hace falta practicar “técnica de carrera” o “calidad”… Además, pese a que para un corredor popular, lograr correr 10 kilómetros en 35 minutos -por poner cifras redondas– es un resultado extremadamente bueno, sigue estando alejado de las marcas de élite, muy alejado…

Barefoot running

¿A dónde quiero llegar con todo esto?… Pues sencillamente, a que el deporte popular (y en especial el running, que es lo que nos atañe), está, según mi humilde punto de vista, un tanto sobredimensionado e incluso sobreexplotado. Me explico:

Lo que debería ser una práctica deportiva saludable, que mejore la calidad de vida de quienes la practican, en muchos casos se está convirtiendo en una auténtica obsesión. Sólo hay que hacer un breve recorrido por el panorama “bloguero” nacional para darnos cuenta de lo que hablo; gente con dolores y lesiones por doquier, sesiones de entrenamiento bestiales, y en muchos casos sin apenas días de descanso, atención casi exclusiva a los números que marca el cronómetro o pulsímetro (no pulsómetro), ignorando las sensaciones y mensajes corporales, nulo trabajo propioceptivo, participación en carreras populares casi todos los fines de semana, y un sinfín de cuestiones que me dejan sorprendido, e incluso algo inquieto…

Como he dicho en otras ocasiones, para el corredor popular, el hecho de lesionarse o haberlo estado alguna vez, es, curiosamente, un síntoma positivo, muestra de que se está trabajando duramente y de que pronto vendrán los resultados; es una “marca de guerra”, un “daño colateral”, algo necesario… Cada entrenamiento es tomado como una competición, -más rápido y más lejos-, y en lugar de ser el momento de comunión entre cuerpo y espíritu, entre el hombre y la naturaleza, se convierte en tiempo de competir, de coger al que va delante, de luchar, y de dejarnos la piel y el hígado si hace falta… ¿Y todo para qué?… ¿para seguir quedando en la mitad del pelotón?, ¿para poder decir a nuestros familiares que “rebajamos dos segundos” nuestra marca anterior? (que además no entienden cómo se puede participar en carreras teniendo la absoluta certeza de que no se va a ganar)…

 Y, ¿qué me dicen de lo rápido que la gente pasa de participar en carreras de 10 km a hacerlo en maratones?… ¿De verdad han valorado lo que supone correr una maratón?… ¿Y la creciente “moda” de las ultra?… Todos quieren correr una, cueste lo que cueste, aunque se dejen la vida en ella…

Está bien que queramos superarnos, que deseemos mejorar y que luchemos contra nosotros mismos, eso engrandece a la persona y proporciona beneficios físicos y mentales, pero de ahí a que el correr se convierta en una obsesión, a medirnos con el de al lado, a llegar a lesionarnos o a sobreentrenarnos, me parece un exceso. Sin lugar a dudas, gran parte de la culpa de estos hechos la tiene la propia sociedad en la que vivimos: la competitividad, el tanto tienes tanto vales y el cuanto más mejor, impregnan también el mundo del running, atufándolo como a todo lo demás… A esto hay que sumar el efecto que causan las grandes estrellas del deporte en la gente de a pié, queriendo emularlos cual quinceañero inmaduro, sin importar las consecuencias.

Barefoot running

 Por otro lado, y ya hablando desde la perspectiva de alguien que corre y entrena con regularidad, en cada carrera a la que asisto como participante o espectador, sólo veo corredores populares tremendamente equipados con prendas carísimas y mirando “de reojo” al que tienen al lado. La mofa soterrada a los corredores más lentos y más bajos de forma por parte de los que viven envueltos en su ego de “grandes corredores de pueblo”, está muy presente, y cuando no, se atreven a dar consejos o recomendaciones de manera condescendiente a los que para ellos son simples causas perdidas…Como muestra de la sociedad enferma en la que vivimos, estos lamentables hechos son extrapolables a cualquier otro campo social.

En cuanto a la sobreexplotación que citaba antes, está referida directamente a los precios abusivos e injustificados de muchas carreras populares, aunque esto es extensible a todo el negocio paralelo al running que a su vez, vive gracias a éste. Cada fin de semana hay un número muy importante de carreras populares en todos los rincones del país, muestra clara de que el correr está de moda y tiene tirón, pero generalmente, los precios no tienen nada de populares. Sobre esto podríamos estar hablando semanas, y probablemente nunca nos pongamos de acuerdo, pero lo que está claro es que todo lo que tenga un precio elevado, no debe ser considerado como popular, y mucho menos cuando es gestionado con dinero público, cuando se cuenta con un ingente número de sponsores y voluntarios, y sobre todo, cuando lo que se obtiene a cambio tiene dudosa calidad. Tarde o temprano la burbuja estallará, comenzará la selección natural de carreras populares, y todo volverá a ser más parecido a lo que era antes…

En esta sociedad competitiva, en donde los números, las marcas, los tiempos, y los nombres propios tienen una importancia exagerada, quizás habría que hacer un acto de reflexión que nos dijera quiénes somos realmente, dónde estamos, y a dónde queremos ir;  seguramente el panorama cambiaría, y no sólo el del running popular…

Salud!

14 Comentarios

  1. Te doy toda la razón. He visto reflejado a personas que conozco en tus palabras, pero yo creo que ya somos mayorcitos para que cada uno obre en consecuencia…
    Abrazos

  2. Corro porque disfruto corriendo, hace ya mucho tiempo que dejé de estar mirando los tiempos, lo más importante para mi son las sensaciones, cómo termino, si tengo ganas de seguir corriendo. Todo esto lo descubrí cuando encontré en un blog un artículo sobre el método POSE, y que más tarde me llevó al minimalismo.
    Bueno, que cada uno haga lo que quiera, si alguien quiere competir como un profesional que lo haga!

  3. En mi caso lo de competir es contra mi mismo y buena la correccion del pulsimetro, el otro dia yo mismo le corregi a un amigo, tambien pensaba yo que era pulsometro y ya ves. Un saludico.

  4. Suelo correr bastantes carreras populares, en donde hay un gran número de corredores que se les ve exactamente con la forma y actitud que comentas.
    Pero también habemos una gran mayoría que vamos a disfrutar y ha echar el rato sin pretensiones de hacer tiempo.
    Un saludo y nos vemos,

    P.D. Las primera foto es «ALUCINANTE»

  5. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Cada vez se ve más gente «profesional» corriendo por el monte. Yo disfruto con mis salidas. Corro porque me gusta, no porque vaya más rápido. Salgo sin reloj, sin pulsómetro. Que me siento bien, tiro un poco más. Que no, pues vuelvo. Pero disfruto del paisaje y de la montaña, sin agobios. Creo que en cuanto te empiezas a obsesionar en tiempos y marcas algún día te quemarás y perderás la ilusión

  6. Qué buenísima reflexión! reconozco que el principio me déjé llevar un poco por esa vorágine, pero poco a poco fui desligándome de la gente competitiva y centrándome en disfrutar! me gusta mejorar, pero trato de hacerlo poco a poco, de manera más natural y cuidando el entrenamiento para evitar lesiones. Pero tienes mucha razón, eso de «corriendo es normal tener dolores» lo he escuchado muchas veces

  7. Recuerdo con nostalgia el ambiente que había en los ochenta en las carreras populares. Era otra cosa, todos estábamos movidos por un espíritu más romántico, digamos, respecto al correr, aún habiendo diferencias de nivel grandes entre unos y otros. En cuanto al material, más de lo mismo, las zapatillas de los setenta y los ochenta hoy en día serían consideradas de baja, bajísima gama. Claro, hay que ir con zapatillas super caras, llenas de gadgets, la mayoría de las veces, inútiles, solo a efectos de marketing de las empresas. El otro día pasé por una tienda de clzado retro y tenían unas Onitsuka Tiger, aún no se llamaban Asics, réplica de las que usó el finlandés Lasse Viren en su primer maratón, los JJ.OO. de Montreal-76, en los que quedó 5º. El vendedor me decía que no valían para correr, que eran solamente para vestir con vaqueros, que para correr había cosas más nuevas. Como el hábito no hace al monje, yo le dije que tanto Viren, Bill Rodgers, Frank Shorter, Derek Clayton, etc., auténticas gacelas de la época, corrían hace décadas con zapatillas que apenas tenían mediasuelas y sin materiales de amortiguación que el propio Eva y, más bien, escasito. Y corrían que se las pelaban. No veo yo los comentarios que suscitarían mis Mates de 1978, fabricadas artesanalmente en Barcelona, sin casi diferencia de altura entre talón y puntera, con mediasuela, más bien, durilla. Sin sistemas especiales ni nada de nada. Pero yo, hace ya la friolera de 35 años, con 21 añitos de edad, en mi segunda carrera de maratón, hice 2h 24´26″… ¿Cuántos en España hacen hoy día, con superzapatillas, estos tiempos? Muy pocos, ¿verdad? Y yo, siendo entonces internacional en maratón con la selección española, ni pensaba en el dinero que iba a ganar en tal carrera, ni si mi sponsor me iba a aumentar el contrato, ni nada de nada… porque ya sabía la respuesta; no ganaba nada de nada. Normalmente el correr nos costaba dinero y, con lo que te podían dar de dietas en alguna competición o por ser internacional, a lo más que llegabas era a… comprarte un par de zapatillas para entrenar y, generalmente las mismas para competir también. Y, los que corríamos algo más rápido, no mirábamos ni con desdén ni con paternalismo a los demás, igual que no nos habían tratado tampoco así a nosotros cuando empezamos. Estábamos todos en el mismo barco, éramos todos corredores. Hoy en día que, debido a problemas de salud, no puedo hacerlo más que a ritmos muy, pero que muy lentos, sigo disfrutando como entonces. Y espero hacerlo el resto de mi vida.

  8. A mi esto de las carreras, tiempos y pulsímetros, me queda grande (por no querer verme en ello…).
    Cuando vi que esto del minimalismo y el barefoot era lo mío a la hora de correr, me dije que haría un ultra antes de los 40 (me dio la fiebre ‘tarahumara’…).
    Ahora, me parece que no me veo yo sufriendo durante tropecientas horas…

    Mejor me voy al río o a la montaña con mis chanclas caseras o mis FiveFingers (esas sí son caras) y hago el cabra hasta que me canse.

    Hay, sin embargo, una cosa que no veo, por más que miro, en el mundo del running popular. De cada 10 veces que veo pasar ciclistas -populares también- por los caminos, solo 3, a grandes rasgos, van solos. Los demás son grupos de 3, 5, 7 o más amigos que van a pasarlo bien, subir un cerro, hacer un puerto, desayunar… Me cruzo a muchos corriendo. Alguno me saluda. Alguno mira extrañado mis pies. Otros ponen caras raras si me meto en el río…

    Pero van todos solo o, a lo sumo, en pareja.

    Luego recuerdo aquella historia bonita que cuenta McDougall en un TEDx sobre cómo cazábamos en grupo, sobre como correr era un acto social.

    ¿Alguien se viene a llenarse los pies de barro por el Ripoll?

    Un saludo.

  9. Al parecer los humanos no podemos vivir sin inventar religiones. Y las carreras populares se están convirtiendo en una. Y cuanto más larga sea la carrera, más valioso es el Dios en quien se cree. Es algo muy humano, muy natural, y sin embargo muy poco saludable.

  10. Hola por culpa de los Km/semanales y el conometro haciendo la transicion yo me lesione.
    Yo llevo un año parado sin hacer nada debido a una tendinitis. Pero ahora con 10 kilos mas vuelvo a las andadas (nunca mejor dicho ) para disfrutar.
    Estoy volviendo a salir a lo basico andar, esta semana he salido a andar con mis olvidadas Newfeel combinandolo con ir descalzo. Y estoy disfrutando de lo lindo, ya que ahora no tengo ninguna preocupacion de si perdere fondo o que si no hago mi salida de X km. Asi que ahora lo primero es perder Kg andando y despues cuando mis pies esten listos empezare a correr desde 0.
    Saludos.

  11. Acontece frequentemente.

    O descrito no tema desta reflexão.
    Muito bom.

    Será que todos de ser o melhor? O mais rápido?
    Melhor do que qual atleta? E mais rápido de que qual atleta?

    A sociedade tal como está estruturada leva a isto.
    Até que as pessoas exageram e param. Cada qual à sua maneira. Com competição ou sem competição.

    Poucas pessoas param para pensar. Parar também é correr. Pode ser evitar lesões.

    Um bom atleta pode ter por objectivo não se lesionar.

    Uma boa prática desportiva pode ser para construir uma excelente forma mental. Que levará o corpo por bom caminho.

    Penso que se as coisas levaram um caminho progressivo correm bem e sem exageros.

    É como correr descalço.
    Só nós próprios temos essa responsabilidade. De o querer fazer e não esperar que alguém nos dê uma fórmula mágica de correr sem termos de nos mexer.

    Deve-se sim procurar em nós saber como o queremos fazer e de que maneira. Com ou sem exageros.

    Ouvi um corredor Espanhol falar sobre calçado minimalista no último trilho que percorri.
    Algo assim – «Las zapatillas minimalistas tienen las sus limitaciones»

    Eu era o único com calçado minimalista.
    Mas quem é que corre? Somos nós que corremos ou é o calçado? Fi-lo com calma e paciência e terminei bem.

    Faz diferença se cheguei primeiro ou depois que esse corredor?
    Não faz diferença nenhuma. A boa prática desportiva.
    Estarei sempre a correr pronto para ajudar e ser ajudado. Este é o meu espírito de corrida.

    Não transformo o correr num acto de comprar artigos.
    Mas sim num acto de movimento, sintonia do corpo e mente. «correr = movimento»

    • Yo creo que esto del minimalismo es como lo de comer bien, como toda esta revolución que viene con el ruido del estilo paleo.
      Creemos que es mejor porque, como mínimo, lo que dice la ciencia es que para correr bien hay que ajustarse a un marco, el de la evolución que nos ha traído aquí.

      Veo mucho paralelismo entre el minimalismo en la carrera y la dieta, ya no paleo, sino basada en lo que realmente dicen la ciencia y la evolución (proteína+grasa buena+hidratos de verdura y fruta).

      Una vez aprendes lo que hay y tienes acceso a las fuentes que lo afirman puedes hacerte una opinión con criterio y actuar en consecuencia. Que es lo que han hecho todos los que conozco en esto.

      Me he ido por las ramas…

      Un saludo.

  12. mucha razón, me he visto reflejada en muchos ticks de los populares, aunque ya he corregido mucho.
    Admito sigo compitiendo, sé que tengo margenes de mejora y que si hubiera entrenado mas en estos 3 años, y competido menos, quizás no me hubiera lesionado. He cambiado el chip, entreno mas (aunque día si y día no, aprovechando de mis descansos y de mi vida) y compito menos.
    Y estoy de acuerdo al 100% con esto que cada cristos con correr 2 10k y un medio maratón ya es finisher de maratón. Parece que hay que quemar etapas, que la vida son 2 días de verdad ….

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