El ganador del concurso Santi Roman nos presenta su trabajo. El título, Correr es un acto de generosidad.

Correr es un acto de generosidad
Si es cierta la ley que dice que la energía ni se crea ni se destruye tan solo se transforma, cuando utilizamos la energía acumulada en nosotros para correr, aportamos de nuevo esta energía al mundo. Por este motivo correr es un acto de generosidad con el mundo, un gesto de amor que nos mantiene en contacto con la energía universal.

Para poder sentir con toda intensidad este acto de generosidad es necesario correr en contacto con la tierra, acariciándola en cada zancada.
Como un granito de arena, nuestra energía se expande en el mundo para que así siga girando:
El viento que producimos a nuestro paso favorece la polinización de las plantas; nuestra pisada tritura las hojas y ramitas del suelo acelerando la creación de compost con lo que crecerán nuevas plantas que a su vez servirán de alimento a infinidad de seres vivos; nuestro sudor vaporizado se eleva y alimenta las nubes para que pueda llover y así los ríos fluyan generosos por las montañas; el calor que producimos crea un hábitat más agradable para muchos animales. Gracias en definitiva por hacer que todos los sutiles engranajes que mueven el mundo sigan girando.
Correr descalzo te permite notar todas estas interrelaciones entre tú y el mundo, pero correr de esta manera no solo alimenta al mundo exterior también sirve para enriquecer nuestro espíritu y hacernos mejores personas. Correr es amor en acción.

2 Comentarios

  1. Gracias,
    desde que lo escribí lo utilizo como recurso en los momentos duros de una carrera o un entrenamiento. Espero que ahora lo puedan utilizar todos.

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