Sólo intentaré transmitir un poco de lo mucho que se es capaz de sentir durante 101km…me refiero, a la carrera de ultrafondo que desde hace 16 ediciones organiza el Tercio de la Legión de Ronda. No es mi primera vez, es cierto, pero con zapatillas minimalistas, para mi compañero y para mi, era la primera vez.

Durante 16 semanas, hemos estado preparando los pies, el cuerpo y el alma, porque no es nada fácil tomar la decisión de inscribirse en tal evento. Esto empieza de lejos, ya en diciembre has de tenerlo claro, y ahí comienza un contador interno que te mantiene en tensión hasta que un Legionario del Tercio de la Legión Alejandro Farnesio, te coloca la medalla que te acredita como finisher…os aseguro, que te pone los vellos de punta, pocas cosas tienen más que ver con sentirse orgulloso de uno mismo.

Series, horas a ritmos tranquilos, tiradas largas de 2, 3, 4, y 6h…carreras de 50km…todo ello con un fin…asegurarte por lo menos, la tranquilidad de que tu cuerpo estará preparado para cuando llegue el momento.

corredores ultra trail 101km Ronda

La salida se produce desde el interior de un campo de deportes. Marchadores, ciclistas y duatletas, todo el mundo con más o menos nervios, miedo, o lo que el cuerpo quiera dejarle sentir.

Cuando se produce la salida, sientes que tu cuerpo se relaja, vas entre gente que te anima,te aplaude, vociferan sin conocerte de nada, parece que reconocen desde lejos que, más adelante vas a necesitar ese pequeño recuerdo. Casi sin darte cuenta, sales del casco antiguo de Ronda…ahora si…los caminos y senderos que nos serán inseparables ya pasan bajo nuestros pies.

Al levantar la vista, solo vemos una serpiente multicolor, cientos, miles de marchadores, que como nosotros, llevan en la sangre aquello de ¿Dónde está el límite?….a esas alturas, aun no puedes hacerte una remota idea de lo que 101km pueden hacerle a tu cuerpo. Has de ser conservador y fuerte de mente, pues serán muchos los momentos de tropiezo en los que solamente pensarás en el motivo real que te ha llevado hasta allí, y maldices la hora en la que aceptaste el reto.
ultra trail 101km la legión Ronda
Tranquilos, pero sin pausa, del ritmo se encarga el grandullón, nos dirigimos al primer hito reconocible, Ascari, un circuito de velocidad. Ves caras conocidas, gente a la que quieres mucho, están allí para verte pasar, aun en tu interior, temes defraudarles. Un invitado de excepción que parece haberse encontrado a gusto en las últimas ediciones, hace su aparición estelar. Me refiero al calor, compañero inseparable hasta que por el paso del tiempo, cede y deja entrar al fresco que trae consigo las primeras horas de la noche.

A la salida del bucle, nos esperan de nuevo…tenemos nuestro particular avituallamiento, y más que lo que comas o lo que bebas, es ver a tu gente…es impagable. El calor ya nos avisa que vayamos con cuidado. Tomamos dirección hacia la localidad de Arriate.

Llegar a Arriate, es como llegar a casa…te están esperando, y no te besan porque no puedes pararte, si no, lo harían. Vas entre coches y gente que quiere tocarte, de alguna manera, sienten que forman parte de la carrera. Es a la salida, cuando te encuentras con el primer tramo duro. Una cuesta de una longitud descomunal, te espera con los brazos abiertos, y te dice…”si me sabes tratar, yo te cuido”…y así fue…nos cuidó, una nube hizo que fuera todo más llevadero. Cuando parece que no vas a salir nunca de allí, se termina y….campo abonado para comenzar a imprimir velocidad de nuevo. Vuelves la cara y te haces la promesa de algún día volver.

Tres somos los compañeros “pies ligeros” que vamos desde el km1. Siempre juntos. El Ironman, el grandullón y yo. La charla hace que las horas vayan pasando y por ende, los kilómetros. Sabemos que vamos a Alcalá del Valle. En ese itinerario, está el km 50. El ecuador. Es muy importante para nosotros, sentirnos bien. Piernas, bien; pies, fuertes; espíritu, intacto.

Es por este tramo cuando uno de nosotros empieza a no sentirse con la suficiente fuerza para continuar a este ritmo, que el grandullón se encarga de controlar. Queremos seguir todos juntos. No pasa nada, vamos más tranquilos, seguro que más adelante lo agradeceremos. No se recupera. Al llegar a Alcalá del Valle, nos esperan…que alegría, nadie sabe qué bueno es saberse esperado.

A partir de este punto, ya solo estamos el grandullón y yo. Cerca, muy cerca, está Setenil de las Bodegas. Para nosotros el primer punto importante. Había que llegar frescos, enteros y con fuerza. Así fue. Setenil es el km 60. Se puede decir que la autentica prueba comienza ahora. Nos esperan…revives, sólo eso.

Nos cambiamos de camiseta, merendamos y otra vez a buscar ese camino de gloria que nos lleve a la Alameda el Tajo. Creo que me pasé con los refrescos…no podía dar un paso sin que mi estomago se quejara. Le pedí al grandullón el favor de caminar un poco, solo hasta que se me pasara. Me obedeció, con todo lo grande que es, y me esperó, al final voy a pensar que somos hermanos de verdad.

Cerca muy cerca, nos espera otra rampa, no demasiado larga ni tampoco dura, pero nos esperaba. Ya vamos hacia el cuartel, quedan unos km, que se nos hacen un poco arduos, pero solamente por una bajada kilométrica que nos castiga los cuádriceps de una manera sobrehumana. El grandullón lo paso mal, ahora me tocaba animarle. Es dócil, me hace caso, y entre confesiones cuando se dá cuenta estamos abajo, viendo el cuartel. Allí nos esperan nuestros compañeros del Club. Van a acompañarnos los últimos km, nos los harán más llevaderos. Nuestro ángel de la guarda, quien nos había estado mimando, estaba ahora ayudando a un compañero suyo…gañan…se llevó a mi ángel particular..y menos mal, si no hubiera sido un ángel, tal vez todo habría sido distinto. Raúl, enhorabuena, tu tiempo fue espectacular.

con los compañeros 101km ultra trail RondaNuestros compañeros se alegran de vernos, nos abrazan, no dejan de animarnos, pero saben que no podemos estar allí demasiado tiempo. El grupo se divide. Unos (Andrés, Vicente y Enrique) se vienen con el grandullón y conmigo, el resto (Germán, Manolo y Crespo) se quedan a esperar al compañero que viene un poco más atrás, Juanma. En el cuartel, comemos, nos cambiamos la camiseta y nos ponemos de cara al monte para dirigirnos a la famosa cuesta de le Ermita.

Para mí, dura, sobre todo en los últimos envites, en donde no podía soportar el paso impuesto por el grandullón. Me esperó. Continuamos a un ritmo más tranquilo, pero sin pausa. Ahora ya somos 5, vamos riendo, y contando historias….así, riendo, llegamos a Montejaque…a correr.

Después de 90km en las piernas, corríamos como nunca. Benaojan…la gente, ya en las terracitas, nos espera, para alentarnos…y casi sin darnos cuenta, nos vamos dirigiendo al cauce del rio Guadiaro. Los legionarios, buena gente donde los busques, tenían una guinda preparada. Una modificación en el itinerario que yo conocía, en donde, sin comerlo ni beberlo, nos colocan 1000m de desnivel…lo que no sabían, es que el grandullón y yo estábamos allí para eso. También se terminaron, y tocaba bajar otra vez en busca del rio….otros participantes, se paraban para vernos pasar, creo que nos pasamos de rápidos…era increíble…se hacían a un lado, y aplaudían…eso que lo haga un espectador, es lo normal, pero que lo haga un competidor tuyo, te hace que en tu interior una voz te diga “lo has hecho bien”. Nunca había vivido algo así.

La cuesta del “cachondeo” nos estaba esperando. Por un momento creí que la habían eliminado del trayecto, pero no, allí estaba. La conozco como a la palma de mi mano. Son los 600m que mas duelen de todo el recorrido, pero quizás el reflejo anaranjado de Ronda en el cielo, o la gente que baja a vernos por ella, parece que atenúan un poco su efecto.

Ya pisamos Ronda, y como minimalistas, nos descalzamos. Nuestros compañeros no pueden creerse lo que estamos haciendo. Corremos sintiendo el suelo bajo nuestros pies, es lo que nos gusta…la gente poco a poco se van dando cuenta: “hay dos que entran descalzos”, eso les da aliento y más nos gritan…pasamos el puente del Tajo, la rotonda final, y a lo lejos, la Alameda. Allí está la meta. Nos dejan solos, y cogidos de la mano subimos la ultima rampa…no dejan de gritarnos y así pasamos el arco de meta…nos damos un abrazo, pero sin querer mostrar que estábamos llorando. Grandullón, tus deseos se cumplieron, entramos corriendo, y con fuerza, era lo único que me pediste. Pues sí, somos hermanos.

Esto son los 101km de Ronda. Un legionario del tercio Alejandro Farnesio, te pone una medalla, te da la mano y es el primero en darte la enhorabuena. La verdad, es que la enhorabuena hay que dársela a la Legión. Nunca te sientes solo…siempre están en algún lado y si no les ves…mira detrás de ti…hay dos.

Mis segundos 101km, soy cientounero repetidor. Distintos a los del año pasado, con un compañero, el grandullón, excepcional y no hablo de sus cualidades como atleta, hablo de la categoría humana…y a mi ángel particular….un beso.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.