A raíz de uno de mis últimos artículos publicados, recordé otro que vio la luz en mi blog personal hace ya casi dos años. En él me hacía eco de un estudio de aquellas fechas que versaba sobre la incidencia del calzado en el desarrollo de la marcha (caminar y correr) de los niños.  Se decía, en conclusión, que efectivamente, el calzado influye de manera notoria en la forma de andar y de correr de los infantes, alterando su zancada y otros aspectos biomecánicos de la marcha; también se apuntaba que dicha influencia debería ser tenida en cuenta a la hora de evaluar los problemas podológicos de los niños.

Siempre que viene a mi cabeza el tema del calzado infantil, aparece también la relación de éste con la prescripción casi sistemática que se hacía -y probablemente se siga haciendo- de zapatos ortopédicos cuando yo era niño. Muchos recordarán aquellas infames botitas que teníamos cuando éramos pequeños los que se nos diagnosticaba pies planos o cualquier supuesta malformación, y que era el mismo pediatra/podólogo el que, en connivencia con el dueño de la ortopedia/zapatería, prescribía el “remedio” para posteriormente tal vez llevarse una buena comisión de la venta que se realizaba a los preocupados padres. Me encantaría saber si los niños a los que se les diagnosticó pies planos y sus padres no tuvieron los recursos suficientes para comprarles las botitas -que eran, junto a todo el tratamiento/consulta, extremadamente caras-, hoy día sufren algún tipo de lesión, dolor o malformación, aunque eso es bastante complicado ya que casi con toda seguridad, cualquier posible dato estaría enmascarado por el uso de calzado moderno -ortopédico o no- que habrán hecho durante el resto de su vida.

En relación a todo esto, hace semanas cayó en mis manos un artículo pediátrico bastante más antiguo que el citado anteriormente, concretamente del año 1991, y que venía firmado por Lynn T. Staheli, afamado pediatra ortopédico americano, y autor de diversos libros bastante reconocidos en su campo. Aunque al final de este artículo les dejo el enlace al estudio, trataré de resumir de manera somera los puntos más relevantes de éste e intentaré sacar algunas conclusiones.

Comienza citando algunas investigaciones hechas por varios científicos en poblaciones descalzas de diversas partes del mundo, como por ejemplo en Filipinas, África Central, Islas Salomón o China, y en las cuales se deja bastante claro una serie de cuestiones. Los pies de esta gente se caracterizan por:

  1. Una excelente movilidad, especialmente en el antepié.
  2. Un engrosamiento de la piel de la planta determinada por la superficie del entorno.
  3. Alineamiento de las falanges con los metatarsos ampliando la extensión de los dedos.
  4. Variabilidad en la altura del arco plantar.
  5. Ausencia de deformidad estática.

 Aparte de estas positivas características, hay una que especialmente llamó mi atención, y es que a medida que los niños avanzaban en edad, el patrón del pie iba pasando de un pie plano a una bóveda plantar desarrollada y más pronunciada, simplemente por el mero hecho de desarrollar su vida descalzo, sin necesidad de correctores, plantillas, botitas, etc.

calzado infantil

Después de estas primeras referencias a datos extraídos de poblaciones descalzas, Lynn T. Staheli prosigue con un resumen bastante interesante de la historia del calzado. De él podemos destacar curiosidades como que los primeros datos de calzado provienen del antiguo Egipto y Mesopotamia y se usaban estrictamente para proteger los pies de posibles daños; que en Grecia, Roma y parte de Europa, el calzado simbolizaba estatus social; o que el tacón fue creado en Europa en el siglo XVI, en principio para facilitar el agarre a los estribos de las sillas de montar de los caballos, y más tarde, en Francia, a los tacones se les añadió algunos centímetros para aumentar la altura de los nobles y así diferenciarse del pueblo llano.

En los últimos 2000 años, el diseño del calzado ha estado basado estrictamente en las modas impuestas por unos pocos, y generalmente, los modelos han sido cada vez más rígidos, apretados y compresivos; es a partir de los años 70, cuando por consejo de algunos pediatras, la industria del calzado común comienza a fabricar modelos más flexibles; esto ocurre en las década en que curiosamente, se comenzó a añadir soporte, corrección y amortiguación en las zapatillas deportivas

En el artículo se continúa dando infinidad de datos científicamente contrastados acerca de los efectos negativos que produce el calzado moderno en los pies, centrándose después en lo que conocemos comúnmente como “zapatos correctivos infantiles”. Sobre éstos, el autor dice que su uso terapéutico está basado en la creencia común de que el pie, en su etapa de desarrollo, necesita un soporte que lo moldee y le de estabilidad; esta idea actualmente vigente, viene del siglo XVIII, y ya ha llovido…

 Como resumen sumarial, podemos afirmar los siguientes y demoledores puntos:

  • El óptimo desarrollo para el pie se produce descalzo.
  • El rol principal del calzado es proteger de lesiones e infecciones.
  • El calzado compresivo y rígido puede causar deformidades, debilidad y pérdida de movilidad.
  • La creación de calzado infantil debe estar basada en el “modelo descalzo”.
  • Los científicos y médicos deben prevenir y criticar la comercialización, promoción y publicidad del calzado corrector infantil por ser caros para la familia y desacreditar al propio gremio.

En definitiva, hace ya muchos años que todo está dicho, y pese a que se sigue haciendo oídos sordos en gran parte de la comunidad médica -seguramente porque hay muchos intereses en juego- las evidencias están claras como el agua; también los padres tendrían mucho que decir en el asunto, pero no podemos responsabilizarlos, porque al fin y al cabo, son tan víctimas como su hijos.

 Salud!

Referencias:

http://inovapeds.org/library/readings/Foot/Shoes%20for%20Children.pdf

http://pediatrics.aappublications.org/content/88/2/371.abstract

http://www.9run.ca/2013/02/various-articles-on-barefoot-running.html

2 Comentarios

  1. Gracias de nuevo por otro gran artículo.
    La verdad es que los padres tenemos mucho que decir al respecto pero, para ello, lo primero, sería que supiéramos de las diferentes posibilidades que tenemos y poder escoger con conocimiento de causa.
    La verdad es que, seremos humanos pero, cada vez más, nos alejamos de lo natural y de la naturaleza.
    Menos mal que, poco a poco, hay más gente que nos va abriendo los ojos a otras perspectivas y otros caminos a seguir en la vida. La decisión final siempre será, por eso, individual pero, la ignorancia y el desconocimiento son los peores aliados.

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