El ser humano está lleno de paradojas. Su conocimiento y capacidades cognitivas son capaces de colocarlo en la cima de la evolución, y a la vez, bajarlo a los infiernos de la soberbia y la ignorancia. En cualquier aspecto de la vida es fácil encontrar algún ejemplo, sin ir más lejos, en el mundo del running.

Aunque sea una perogrullada, hablar es gratis. Digo esto porque es la manera más sencilla de justificar determinadas actitudes que la lógica se empeña en acusar.

Sin ningún tipo de complejos y aún a riesgo de arrojar piedras sobre nuestro propio tejado, debo recordar que somos muchos los que, considerándonos unos neófitos casi absolutos y sin poseer conocimientos académicos sobre actividad física, deporte, competición, biomecánica o anatomía, no cejamos en nuestro empeño de hablar sobre running, aún a sabiendas de que tenemos poca idea de lo que decimos…

Instantáneamente, hasta yo mismo dejaría de leer este artículo ante semejante afirmación, pero el disfrute que tenemos cuando corremos, las ansias de aprender cada día más, y la casi enfermiza obsesión por acumular conceptos básicos sobre cualquier materia (aprendices de todo, maestros de nada), nos ha colocado, según mi punto de vista, en una interesante posición. Veamos.

Con respecto a los conceptos teórico-deportivos, en la actualidad nos encontramos por encima de la gran mayoría de la gente que simplemente sale a trotar para bajar unos kilos, a igual nivel de aquellos que entrenan con regularidad y ahínco siguiendo las pautas establecidas hace décadas, y obedeciendo sin objeciones los postulados establecidos por no se quiere saber quién, y claramente por debajo de los profesionales médicos o deportivos que también siguen las teorías aceptadas universalmente sobre el running y sus temas adyacentes.

Esto no es raro, de hecho, es hasta lógico: cuando cualquier individuo con un poco de curiosidad y ganas de aprender sobre algún tema en concreto mantiene unos años de práctica regular y realiza varias lecturas sobre el asunto, suele progresar rápidamente, situándose en poco tiempo, en ese nivel en el que muchos nos encontramos.

 Pero ojo… esto es un arma de doble filo:

Llegados a este peligroso y delicado limbo del conocimiento, es tremendamente fácil perder la humildad, virtud de difícil localización en los tiempos actuales, y creernos que por haber aprendido algunos conceptos, por haber leído algunos manuales de entrenamiento, por haber logrado que nuestro ritmo baje de 4 minutos el kilómetro, y por haber participado en alguna carrera popular, vamos a convertirnos en atletas ilustrados, capaces de dar buenos consejos a los que empiezan y con el conocimiento suficiente para discernir entre lo que se ha de hacer o no.

experiencia en el running

Cuánto más leo y me informo acerca del running, más me sigue sorprendiendo la cantidad de puntos de vista distintos sobre los diferentes aspectos que conforman esta disciplina deportiva, e intento entender las posturas contrarias a las mías para, según sea el caso, reafirmarme en ellas aún más o replanteármelas por completo; creo que ese es el camino a seguir.

Lo mismo podríamos decir en el aspecto práctico, aunque aquí es más fácil que la realidad ponga a cada uno en su sitio. En el reino de los tiempos y los ritmos, es mucho más sencillo comprobar quién ha olvidado sus orígenes y ha decidido auto-transportarse al Olimpo de los grandes corredores populares. Actos como conseguir una “buena marca” en una media maratón (nótese las comillas, por favor), acabar una maratón (da igual con qué mediocre tiempo), una ultra (importando poco lo mal que se ha pasado o las lesiones que acarreará el pobre desdichado durante los siguientes meses), son suficientes para que el que antaño era un corredor popular del montón, se erija por decreto propio en héroe dentro de su propia familia y ejemplo a seguir para el resto de runners aficionados.

Estoy de acuerdo en que la experiencia en el running es un grado, pero hay que tener mucho cuidado con lo que consideramos “experiencia”. Por ejemplo, conducir un vehículo motorizado sin carnet durante años, sin haber adquirido los conocimientos básicos sobre circulación o mecánica, ¿es tener experiencia?… Por supuesto que sí, pero.. ¿es una buena experiencia?… De eso no estoy tan seguro. U otro ejemplo: enseñar a un niño a hablar o escribir de manera incorrecta, ¿le proporcionará experiencia en el futuro?, claro que sí, pero: ¿experiencia positiva?, ¿o tendrá que re-aprender a hablar y escribir si quiere convertirse en una persona con un mínimo de cultura?…

Aplicando estos sencillos ejemplos en el running popular, se puede entender perfectamente lo que trato de decir: por haber corrido durante varias décadas, es indudable que se tiene una enorme experiencia, pero sin tener claras las bases de qué es correr y de cómo hay que correr, toda esa experiencia adquirida tiene muy poco valor, es más, probablemente ejerza una influencia negativa si algún día se pretende evolucionar como corredor y persona.

El caso es que es extremadamente raro encontrar corredores populares que llevando tantos años de experiencia en el running, pretendan evolucionar dejando de lado su aura de semidiós del asfalto pueblerino; todo lo contrario: si desean seguir subiendo peldaños, en su meteórica carrera, lo que hacen es sumar más kilómetros, sustituir maratones por ultra-maratones, cambiar las zapatillas caras por las extremadamente caras, conseguir patrocinadores para sus locuras y alejarse aún más de los orígenes que un día le hicieron ponerse a correr.

¿Y dónde está la clave para evitar esto?… Pues es bien sencillo: en la humildad. Si perdemos esta virtud de incalculable valor, nos convertiremos en personas mediocres y de baja catadura moral, y esto, indefectiblemente, nos llevará a ser unos pésimos corredores populares, aunque consigamos subirnos a un pódium. Aprender, progresar y mejorar, son cualidades básicas para cualquier sujeto que tenga un mínimo de amor propio, y mucho más si nos referimos a cualquier manifestación deportiva, pero de ninguna de las maneras podemos dejarnos envolver por las mieles de la vanidad. Eso, según mi punto de vista, sería caer en un error fatal.

Salud!

4 Comentarios

  1. totalmente de acuerdo¡¡¡¡¡me parece que has plasmado los pensamientos de muchos corredores libres y sin normas solo una cosa y seguro que es debido a mi edad pero porque se dice running cuando esta la maravillosa palabra CORRER na es broma ¡¡¡¡ feliz carrera a todos

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