Por primera vez se ha celebrado en Montilla un media maratón por equipo -Ekide Montilla 2013- y el equipo ZaMi-Trimar o Trimar-ZaMi ha participado empujado por la ilusión de correr en una prueba por equipo y por la mención especial a los equipos cuyos integrantes corrieran con zapatillas minimalistas o descalzos. Esta distinción -de corredores minimalistas- puede ser fruto de debate, algunos defienden que es bueno para el barefoot running porque lo promociona y publicitan, y otros los rechazan por encasillar a los corredores que prefieren correr con las zapatillas más «naturales» o cercanas al pie que puedan existir, como si correr minimalista y/o descalzo fuera un lastre para dichos atletas ( Zola, Bikila, etc.).
La prueba se ha desarrollado en un circuito urbano de unos 2500 mts al que cada corredor debía de dar dos vueltas. Esto ha sido todo un acierto, puesto que el resto de componentes del equipo (los equipos estaban formados por 4 corredores) junto a los aficionados al atletismo y familiares han podido ver y animar a los atletas.
En el plano personal está prueba ha sido mágica por varios motivos, pero el principal es por el hecho de formar parte de un equipo donde todos compartíamos el mismo objetivo común, llevarlo hasta lo más alto posible de la clasificación final. En un deporte como el atletismo, donde el individualismo es la nota dominante, este tipo de prueba marca un punto de encuentro que personalmente disfruto y agradezco. Y también he disfrutado de la distancia, corta para los acostumbrados al fondo puro, pero que da esa chispa de viveza y ligereza que te hacen sentir rápido y veloz, independientemente de la velocidad de cada cual. Vas al máximo de revoluciones y así, pocas veces te sueles poner.
Nuestro equipo participó dentro de la categoría minimalista, Titín con Merrell Trail Glove, Duarte con Fivefingers Bikila, Isaac con New Balance Minimus Trail MT10v2 y yo con Merrell Vapor Glove. Ninguno hemos realizado entrenamiento específico de velocidad, pero eso no ha sido óbice para poder correr dignamente a unos ritmos de 3’40»-4’00″/km. En la prueba en sí había muchos minimalistas, algunos consagrados como Pepe Roldán que la corrió descalzo, y otros tantos de corredores con zapatillas voladoras, las hermanas pequeñas de las amortiguadas y las primas hermanas de las zapatillas minimalistas. Todos con una técnica de carrera más que aceptable y con la principal ventaja de disminuir la fuerza de los impactos. Una alta cadencia y aterrizaje cercano al centro de gravedad se podía observar en todos ellos.
Al final, y casi con asombro, hemos conseguido el primer puesto en la clasificación minimalista y el undécimo de la general, nada fuera de l0 común, pero digno de mención.
Desde aquí mi agradecimiento a Miguel Feria y compañeros por la gran organización de la prueba y por hacernos sentir rodeados de amigos en todo momento.
