Ahora, si…..
Ahora, siento que puedo decirlo, soy corredor, me gusta correr, sólo eso, correr, no soy, nunca fui y tampoco nunca seré un “gran” corredor, y me refiero a esos de los que ganan trofeo. Sólo corro porque me gusta. Con el tiempo, he conseguido unir dos de mis grandes pasiones: Correr y la montaña. Soy, corredor de montaña y aprendiz de ultrafondista.
En una de esas “expediciones” que me internaban en un laberinto de enlaces en youtube, en las que buscaba las carreras de Killian, en una de esas (la que me cambió) vi a un individuo en línea de salida, junto a Killian, con dos botellas de agua atadas a sus manos y lo que a primera vista me parecieron unos pies de gato. No era una carrera de montaña, aunque tenía pasos de montaña. No era una popular de 25 km….eran 100 millas…y junto a Killian, aquel individuo con “aquello” puesto en los pies. Me llamó la atención, pero no le hice mucho caso, hasta que, siguiendo otra infinidad de enlaces, descubrí que aquel desconocido, fue quien ganó…¿Cómo?…Killian corre con unas Salomon….y el otro corre…¿con qué..?….otra vez a “rebuscar” dentro de la red…..hasta que descubrí su nombre.
Descubrí más cosas. Corre, como mi abuela podría decir si lo hubiera visto, descamisado, sin agua, con una gorra, sin afeitar y con los pelos largos. En toda su esencia, tal cual es, su nombre es Anton Krupicka.
¿Cómo….cómo es posible?…ese individuo terminó la carrera, bueno, la ganó sin lo que todo el mundo usa…¿Cómo?…..no podía dejar de buscar, rebuscar, leer y releer todo lo referente primero a ese curioso personaje y luego a “aquello” que llevaba. Pero al poco tiempo me dí cuenta de que lo que realmente estaba buscando se llamaba minimalismo, correr natural, barefoot….tiene muchos nombres, pero todos se refieren a los mismo.
Neutro, con cierta tendencia a la pronación, la pierna izquierda más larga que la derecha, y pies cabos…..así me presento en cada consulta de podología o fisioterapeuta…es mi pequeño historial, lo llevo grabado a fuego en mi cabeza.
Ahora, va a hacer un año, decidí que yo también iba a probar. Sólo me faltaba encontrar el momento, y algo muy importante…al maestro. En Mayo, tenía una prueba, larga, muy larga…elegí esa prueba como la ultima con amortiguación y control de pronación. Luego, luego, ya nada sería igual. Pero, ¿y el maestro?…¿quién iba a enseñarme?…a priori lo más difícil, encontrar a esa persona que te oriente, que te guie, que te cuente, que te corrige porque sabe que lo que estás haciendo sólo puede beneficiarte, pero has de hacerlo bien….eso, al final, ha sido una bendición….tengo al mejor.
Todo ha cambiado. Mis propios compañeros de entrenamiento, que al principio eran los más reacios, ahora, cuando me observan ( y lo hacen, con mucha atención ), no se explican cómo no me “clavo” nada en los pies, como es posible que sea capaz de ir sobre rocas, pistas forestales, senderos, con “eso” que es tan poco…..algunos, ya piensan en probar. Sigo teniendo un miedo terrible en las bajadas y a los resbalones, pero eso lo traigo de fábrica.
Llevo poco tiempo, aun lo cuento en meses, pero los beneficios ya han sido notables. He dejado de pensar en pronación, plantillas, etc….ahora solo disfruto corriendo, sólo eso…mis zapatillas (fivefingers), la montaña, el campo, un bosque de pinos y tiempo.
La gente me mira a los pies cuando paso a su lado. También se han acostumbrado a verme.
Soy corredor (no de los buenos), corredor de montaña y aprendiz de ultrafondista.
