Salí bastante adelantado en la línea de salida de la Media Maraton Tierra y Olivo, corría con las Huaraches Pies Sucios Simna v2, y por temor a que me pisen, intento ponerme de los primeros.
Tomé el tiempo en el cartel informativo del kilómetro 2 (7`36″ a 3`18″/Km) y me di cuenta que el ritmo que llevaba era altísimo y por ello creo que se me caían los mocos como agua.
Esa mañana, desde que eché los pies abajo de la cama me sentía bien y con ganas de correr, aún así decidí levantar el pie, pues ese ritmo no lo podría mantener durante toda la carrera.
Durante la carrera sentía muy buenas sensaciones, y a pesar de que la primera parte de la carrera hacía frío, viento en contra y el desnivel existente era positivo, los kilómetros iban cayendo a ritmo de 3’47» varios, a 4’00″cuándo había un kilómetro de subida y a un ritmo intermedio en el resto.
A medida que iban cayendo los kilómetros tenía ganas de cubrir mayor distancia y de aumentar el ritmo de carrera, tanto es así que llevaba conmigo unas ampollas de glucosa y en ningún momento me acordé de tomarlas, pues con el agua en los puestos de avituallamiento iba estupendo.
Las sensaciones de correr con mis pies desnudos, sin amortiguación externa y con la única protección de las Huaraches Pies Sucios es algo indescriptible, es un momento de liberación, de sentirte libre, tú, las huaraches y la carretera. Ha sido de los mejores días que recuerdo ¡fantástico!
A partir del kilómetro 18, comencé a notar cansancio, pero aún así seguía cogiendo los tiempos en cada punto kilométrico y lo cubría por debajo de 4′, por lo que la cosa iba bien.
En el kilómetro 20 comencé a escuchar cómo animaban a la primera fémina detrás mía (María Belomonte), y esto me animó para mantener el tipo y aumentar el ritmo, adelantando a María Belomonte en los últimos 400 metros. Al final, 1h22min en los 21 km de la Media Maratón de Dos Hermanas 2014.