- 18 Mar 2011, 11:34
#305
Buenas!
aunque los artículos de estas revistas "especializadas" dejan mucho que desear,
del enlace que nos deja Gustavoblues se puede sacar algo positivo. Vamos a verlo
en detalle:
Aunque es cierto que, por las temperaturas veraniegas, el corredor se va a sentir tentado de salir a correr descalzo no por ello vamos a apoyar esta práctica nefasta para la buena salud del atleta. En el supuesto caso de tener una exquisita pisada y una extraordinaria técnica de carrera tampoco está justificado el hecho de correr sin zapatillas, pues los microimpactos que sufre nuestro pie y por ende nuestra estructura muscular, ligamentosa y articular, son suficientes para precipitar la sobrecarga, antesala de la lesión deportiva.
Está claro que no sabe de lo que habla, que le pregunte a Haile Gebrasalie como corría cuando no era un corredor de élite vestido por
una de las mejores marcas de deportes. Por otra parte, lo que dice no está apoyado por ningún estudio científico y la experiencia de miles de corredores minimalistas en todo el mundo dice lo contrario.
Todo entrenamiento requiere un cierto rito como antesala. Ello incluye, por supuesto, los ejercicios de calentamiento pero lo que exige en primer lugar es calzarse unas zapatillas adecuadas para el ejercicio a realizar. Una cosa es que tumbados en la playa arranquemos repentinamente desde el lugar donde estamos tumbados hacia el agua o bien juguemos un partidillo en la arena y otra muy distinta es correr diez kilómetros descalzos, cayendo unas seis mil veces sobre cada uno de nuestros desamparados tobillos.
Una de las primeras lesiones que refiere el corredor-veraneante capaz de estas locuras estivales es la torcedura de tobillos, con o sin esguince. La gran inestabilidad de los calcáneos en el momento de la recepción del pie por el suelo y la magnífica libertad de que goza el hueso astrágalo del pie son los ingredientes necesarios para facilitar la lesión ligamentosa de tobillo. Con un adecuado calzado prevenimos estas circunstancias y, si bien, no evitaremos la torcedura no es menos cierto que esta será benigna cuando llevamos protegido convenientemente el pie.
Las tendinitis del Aquiles son otra de las consecuencias a medio y largo plazo del correr sin zapatillas. Los repetidos impactos que recibe este robusto pero pobremente vascularizado tendón causan la inflamación y degeneración típicas de esta insidiosa y pesada lesión. Otra situación clínica que frecuentemente presenta el corredor es la fascitis plantar, donde la inflamación del tendón plano y las envolturas inferiores del pie sufren por sobreestiramiento y hundimiento final de la bóveda plantar, con graves consecuencias para la práctica de la carrera a pie.
Por todo ello, y aunque el calor del verano español justifique cualquier locura, no debemos permitir que ablande nuestras meninges hasta el punto de correr diez o doce kilómetros con los pies desnudos pues luego vendrá el otoño a ponernos firmes
Si se busca mucho se puede sacar una lectura positiva. No se puede intentar correr descalzo, y menos en la playa, 10kms si antes no existe una adaptación. Los problemas no vienen de correr descalzos, sino de la nula transición entre correr con zapatillas amortiguadas (y en muchos casos ni eso) y el hacerlo con los pies desnudo y de forma desproporcionada.
Por otra parte, correr por la arena es fenomenal para adaptar toda musculatura de las piernas y para el tobillo mejor aún, pero se debería correr poco tiempo y a baja intensidad, y lo mejor es ir cambiado de dureza de arena durante la marcha, ejemplo: arena blanda, arena dura, agua por los tobillos.
Nos vemos