He pensado que podría ser útil – tanto para poner en orden mi cabeza como para aquellos que prefieran algo de síntesis en vez de posts semanales – reflexionar sobre lo que ha sido este año de transición. Así que ahí va:
Los fríos datos. En la gráfica de debajo os enseño básicamente lo que ha sido mi transición en kilómetros y calzado (descalzo, con sandalias de 5mm y con sandalias de 9 mm) (del primer mes de transición no recogí datos.) Se aprecian dos parones de varias semanas, resultado de dos molestias distintas en los pies, la desaparición de los kilómetros descalzo (por estas mismas molestias), y unas últimas semanas de progresión constante con un incremento también progresivo del uso de sandalias de 5 en vez de 9 mm.
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Expectativas. A estas alturas de la película esperaba estar corriendo ya las distancias que hacía antes de empezar la transición (10-15 km). Estoy en apenas 8 km, con lo que en este sentido no he cumplido lo esperado. Sin embargo, me hace sentir menos satisfecho el haber tenido molestias de diferentes tipos – con las consiguientes incertidumbres – durante una buena parte de este año. Ahora – ya desde hace unos meses - las sensaciones son mucho mejores, así que lo dulce va ganando a lo agrio por fin. Y está mereciendo la pena.
Descalzo o no? Mi primera intención era la de correr la mayor parte del tiempo posible descalzo, para adquirir mejor técnica y disfrutar más. Sin embargo, los pies me pararon los pies (?) pronto. Me di cuenta de que, al menos en mi caso, ellos iban a tardar más en adaptarse que por ejemplo los sóleos, y son los que fueron marcando el ritmo de los primeros meses de transición. Ahora que las molestias en los pies han desaparecido voy a intentar retomar poco a poco el contacto directo con el suelo.
Lo aprendido y lo desaprendido. De todo lo leído, siempre hay cosas que dejan de cobrar relevancia. El aterrizar de antepié o mediopié, por ejemplo, que sale solo si se siguen unas pocas reglas. Pero otras cosas – unas pocas – se vuelven centrales. Éste es el caso del ‘postura, ritmo, relajación’ de Lee Saxby, de Vivobarefoot. Me parece fundamental e intento recordarlo cada poco tiempo cuando corro. Mantener la zancada corta (más que mantener una cadencia alta) y trabajar con los glúteos y cuádriceps (más que con los pies y sóleos/gemelos) son otros dos aspectos que intento tener presente. El consejo de no pensar en cómo aterrizas con los pies sino en cómo los levantas creo que es útil, pero con los anteriores principios llega.
Y ahora, ¿qué? Seguir, claro. Llegar a los 10 km, empezar con el trail, aumentar la distancia descalzo, incorporar nuevas superficies, llegar a los 15 km, etc. Como muchos apuntáis, siempre hay margen para progresar, y más tras tan sólo un año de minimalismo. Eso sí, sin fijar fechas. Seguiremos por aquí. Salud a todos.