Hola
piessucios. A continuación te comento encantada mi opinión sobre el texto del enlace que has puesto.
Antes de hacerlo quiero decir que sigo con interés el blog que has enlazado y que he aprendido mucho en los últimos meses leyéndolo. Esta entrada no la había leído todavía y me ha resultado muy interesante. En el sitio web en cuestión no se defiende una dieta de tipo paleolítico pero el punto de vista adoptado por el autor es siempre riguroso y su propuesta dietética me parece sensata y saludable. Aún no siendo mi opción comparto muchas partes de su postura y tengo ganas de leer su libro.
Cuando comencé a buscar información sobre la nutrición evolutiva una de mis mayores dudas al respecto tenía que ver con las legumbres. ¿Por qué no tomar legumbres? Había leído sobre otras propuestas alimentarias que tenían algunos puntos en común con la alimentación evolutiva pero que sí contemplan el consumo regular de legumbres, al menos de algunas legumbres. Hablé de ello en este foro hace unos meses:
viewtopic.php?f=8&t=947&p=6149#p5847 y en ese momento me preguntaba lo siguiente respecto a esas dietas:
Pesque escribió:¿Se trata de diferentes aproximaciones a la dieta ideal? ¿En el caso de existir tal dieta sería la misma para todas las personas? Son preguntas que me hago en voz alta para las que no tengo una respuesta.
Lo cierto es que sigo sin tener respuestas absolutas para todas mis dudas pero sí que he conseguido algo más de información que me ha llevado a tomar ciertas decisiones en lo que respecta a mi opción de dieta personal (entendida en sentido amplio incluyendo ejercicio, descanso, etc.).
Actualmente no tomo legumbres más que de manera esporádica pero pienso que no tienen porqué desterrarse de la dieta siempre y cuando nuestra salud sea buena y sobre todo no padezcamos de problemas intestinales o cualquier tipo de patología autoinmune. Considero que los problemas que nos pueden causar las legumbres no están tanto en el plato de garbanzos que nos podemos tomar una vez a la semana y sí en, por ejemplo, la soja que algunas personas toman de manera diaria voluntaria o involuntariamente. Desde hace unos años se bombardea a las mujeres (y en menor medida a los hombres) para que consumamos soja en forma de leche, batidos, natillas y alimentos funcionales de diverso tipo. Además podemos encontrar la soja como ingrediente en multitud de productos procesados de modo que es posible que acabemos consumiéndola a diario incluso sin saberlo. Los fitoestrógenos pueden llegar a ser problemáticos sobre todo si los consumimos diariamente. Considero que hay que ser cauteloso con todo aquello que pueda modificar en alguna medida nuestro delicado sistema hormonal y eso es precisamente lo que hacen los fitoestrógenos.
A continuación me centraré en el artículo:
1.
Posición de las legumbres en el conjunto de la dieta. El autor analiza las legumbres en relación a los antinutrientes, la obesidad y la salud. Y su conclusión final es que las legumbres “son saludables, nutritivas, sabrosas y económicas”. La postura del autor es clara pero creo que no está de más tomar algo de distancia para así tener una visión más global y poder ver exactamente qué lugar ocupa este alimento en su propuesta alimentaria. Así, si echamos un vistazo a su pirámide nutricional ideal (
http://loquedicelacienciaparadelgazar.b ... mides.html) vemos que las legumbres están bastante arriba junto a las carnes rojas, las carnes procesadas, los encurtidos y las conservas de pescado y sólo por debajo de los dulces, refrescos y el resto de lo que llamamos comida basura. Dicho esto me gustaría comentar que, aunque no la comparta en su totalidad, la pirámide propuesta por el autor me parece una opción razonable y mucho más saludable que la pirámide oficial del departamento de agricultura estadounidense que se toma como base para el resto de pirámides oficiales. Pero lo que yo quería hacer notar aquí es que el autor mismo no recomienda la ingesta diaria de legumbres.
2.
Antinutrientes y salud. El autor se centra básicamente en las lectinas. Tal y como se menciona en el artículo podemos encontrar estudios científicos que relacionan el consumo de lectinas presentes en las legumbres con problemas de salud y también hay estudios científicos que van en sentido contrario indicando que el consumo de legumbres no comporta daño alguno. En ambos casos nos encontramos con que se trata de aproximaciones que requieren de más estudios. El autor nos menciona varios estudios recientes que nos hablan de los beneficios de las legumbres. No los voy a analizar con detalle pero tomo nota y cuando tenga algo de tiempo trataré de mirarlos con más detenimiento. Por otra parte confío en su rigor y no tengo ninguna duda en que si los ha escogido es porque son significativos de la situación actual al respecto. Sin embargo creo importante comentar algunas cosas que me han llamado la atención al echar un vistazo rápido a los enlaces.
Por una parte cita un par de estudios en los que se habla de la cantidad de valiosos nutrientes que poseen las legumbres. No lo dudo. El problema es cómo de asimilables son para nosotros esos nutrientes. El mismo autor nos da la respuesta al final del artículo cuando dice:
(…) su reducida digestibilidad dificulta su aprovechamiento por parte de nuestro metabolismo, confiriéndoles una densidad energética moderada.
Esto enlaza con el punto en el que dice que:
La elevada cantidad de fibra y proteínas puede ayudar a aumentar la saciedad que se siente después de las comidas y a mantener a raya la obesidad
Esto resulta de interés sobre todo si queremos adelgazar pero no si lo que queremos es, por ejemplo, rendir en el deporte. El autor cita en este sentido tres artículos científicos que nos hablan de la relación entre el consumo de legumbres y el control de la obesidad. Entiendo que este es un blog de nutrición enfocado básicamente a cómo adelgazar (de ahí el título), por tanto es normal que a la hora de analizar los alimentos se tenga en cuenta cómo de efectivos son para controlar la obesidad, pero eso no tiene por qué ser el objetivo primordial de una nutrición saludable si no tenemos un problema de obesidad.
El autor también menciona tres estudios científicos que relacionan la ingesta frecuente de legumbres con la mejora de algunos indicadores cardiovasculares. Se trata de estudios de intervención muy interesantes. En el primero de ellos se comparan durante dos meses dos grupos de personas en los que el primer grupo consume dos raciones diarias de legumbres y el segundo come su dieta habitual. El grupo que consume legumbres mejora sus niveles de colesterol un 6% respecto al otro grupo. Pero yo me pregunto: ¿en qué consiste la dieta habitual del otro grupo? Creo que es razonable pensar que el aumento en el consumo de legumbres pueda comportar una disminución en el consumo de hidratos de carbono refinados. Y no tengo ninguna duda de que es mejor consumir legumbres que harinas refinadas. Por tanto, ¿la mejora en los niveles de colesterol viene dada por el consumo de legumbres o bien por el no consumo de otros alimentos?
El abstract del segundo estudio comienza con:
Pulses are low in energy density, supporting their inclusion in the diet for the management of risk factors of the metabolic syndrome (…)
Lo que traducido sería: "Las legumbres tienen una baja densidad energética lo que apoya su inclusión en la dieta para el manejo de los factores de riesgo del síndrome metabólico”. En este estudio se indica que parte de los beneficios de las legumbres puede que sean debidos a su baja densidad energética lo que enlaza con lo que hemos dicho antes.
Recapitulando lo dicho hasta ahora nos encontramos con la paradoja de que las legumbres por una parte son fuente importante de nutrientes y por otra tienen una baja digestibilidad y una baja densidad energética. Eso nos lleva de nuevo a los antinutrientes que dificultan la digestibilidad y la absorción de nutrientes. Entre los antinutrientes tenemos las lectinas pero también el ácido fítico (fitatos) que puede llevarnos a deficiencias de algunos minerales importantes. Como bien dice el autor, estos antinutrientes se reducen considerablemente con el correcto remojado y cocinado de las legumbres pero no desaparecen complemetamente. Por eso considero que si partimos de una salud intestinal óptima no creo que sea un problema consumir legumbres de vez en cuando pero si la salud no es tan buena deberíamos reducir al máximo o eliminar su consumo. Esta es mi opinión al margen de lo que digan oficialmente aquellos autores que defienden la nutrición evolutiva. Si buscamos información en algunas de las webs serias dedicadas a la paleodieta nos encontramos con que son mucho más fléxibles con las legumbres que con, por ejemplo, los cereales con gluten.
Por otra parte el autor habla de las lectinas y de sus posibles efectos positivos para la salud. En concreto menciona que se está investigando su uso en aplicaciones antitumorales, antifúngicas y antivirales. Es cierto, pero hay que tener cuidado con eso. Las lectinas son proteínas con capacidad para interactuar con las celulas encargadas de la respuesta inmune. Pueden participar en la inhibición de células tumorales, tener efectos inmunosupresores y de otro tipo. Por tanto su aplicación en el tratamiento de diversas enfermedades es algo muy interesante pero eso mismo es lo que las hace tóxicas y peligrosas. De hecho si aquí estamos discutiendo sobre la conveniencia o no de incluir las legumbres en una dieta saludable es porque sabemos que gran parte de las lectinas y otros antinutrientes son destruidos durante el proceso de cocción, porque si no fuera así no consumiríamos las legumbres en ningún caso. En lo que no hay ninguna duda es en que las lectinas son tóxicas y los fitatos tienen una acción quelante que contribuye a la no absorción y por tanto a la deficiencia de minerales.
Para ilustrar esto último creo que puede ser interesante el siguiente texto extraído del artículo de Castillo.Villanueva A, et al.
Lectinas vegetales y sus efectos en el cáncer ,
Revista de Investigación Clínica 2005;57 (1): 55-64:
(...)Aunque se han descrito las lectinas en su actividad antitumoral, es importante mencionar que también se describen como moléculas altamente tóxicas y que la utilización de éstas en algunos casos puede presentar efectos adversos. (…) Dentro de las lesiones patológicas que se describen con la ingesta o administración de lectinas en animales o humanos, se observa la presencia de parenquimatosis, degeneración grasa y edema en varios tejidos. También se describe que las lectinas se unen a los grupos glicosilados de las membranas de las células epiteliales del tracto digestivo, impidiendo la absorción de nutrientes, además de la presencia de coágulos en los capilares de todos los órganos, y hemorragias locales en el sitio de la aplicación. (…)
Hay que tener en cuenta que ésto sucede con el uso de lectinas como medicamento. Si consumimos las legumbres correctamente cocinadas en caso de sentarnos mal el efecto sería más suave y a más largo plazo, lo que no significa que no puedan acabar suponiendo un problema de salud al menos en algunas personas. En ese sentido creo que no estaría de más que escucháramos un poco más a nuestro cuerpo para averiguar qué nos sienta bien y qué nos hace daño. ¿Cuanta gente hay a la que no le sientan bien las judias secas y que sin embargo las sigue consumiendo? Sin embargo los garbanzos se suelen digerir mejor aunque eso dependerá de cada individuo.
En mi caso tengo claro que para mí es mejor limitar el consumo de legumbres pero creo que puedo ser más flexible con algunas de ellas (garbanzos, trigo sarraceno...) y menos flexible con otras (soja y cacahuetes). Del mismo modo que no consumo nada que pueda tener la más mínima traza de gluten pero de vez en cuando puedo comerme un plato de arroz. Para otras personas los alimentos, cantidades y frecuencias serán diferentes. Lo que ocurre es que vivimos en una sociedad en la que algunos sustancias, como por ejemplo el gluten, están presentes en todas nuestras comidas y en casi todos los productos procesados lo que significa que sólo el hecho de querer reducir ese elemento en la dieta va a hacer que los cambios en nuestros hábitos nutricionales, al menos al principio, resulten drásticos. Por otra parte sólo con una eliminación total de un alimento durante el tiempo suficiente y su posterior reintroducción en la dieta sabremos si ese alimento nos sienta bien o no.
Ésta, aunque un poco larga es sólo mi opinión, como ya he dicho anteriormente no pretendo convencer a nadie de nada.
Saludos.