Tocaba semana de asimilación, e hice sólo dos salidas:
- 10,41 km (sandalias 5mm)
Circuito urbano por la mañana, con mucha gente yendo a trabajar y bastante tráfico. No me terminé de encontrar bien en ningún momento, las piernas pesaban y me costaba coger una buena postura. Hay días, supongo.
- 16,68 km (Five Fingers Spyridon MR)
Estuve buscando quedadas para trail por aquí, y lo veo algo complicado. Muchas de ellas van por clubes y hay que pertenecer a ellos, y por otra parte, al ser ésta una ciudad grande con campo por los cuatro costados (el “green belt” o anillo verde, le dicen), pues igual te toca en el otro extremo y te tienes que papar más de hora y media de viaje. Así que, aunque seguiré buscando, por ahora creo que voy a hacer lo siguiente: coger el transporte más directo a las afueras y correr algunas de las rutas de senderismo marcadas por allí. Me hice con una mochila/chaleco para poder llevar sobre todo hidratación y capas de ropa, sobre todo para ir y volver.
Este domingo me decidí por una ruta entre Rickmansworth y Chesham, dos pueblos en el límite de Londres, los dos con estación de la Metropolitan line del metro (en algún post hablé de esta línea y cómo impulsó el crecimiento de la ciudad; pues ahora me viene bastante bien para salir de ella – me llevó alrededor de una hora en total). La ruta discurre a lo largo del valle de un río característico de por aquí, que transcurre a través de roca caliza y aflora corriente abajo en cauces poco profundos y muy transparentes. El campo aquí, al contrario que en muchos otros sitios, es zona de gente con posibles y está muy cuidado, quizás demasiado. Por otra parte, aquí hay lo que se llaman derechos de paso, que hacen que gran parte de los caminos transcurran por parcelas privadas, con verjas o similares que hay que ir abriendo y cerrando según se cruzan propiedades. En la foto de abajo se ven ambas cosas.
Chess Valley.jpg (215.49 KiB) Visto 13557 veces
Pero, en fin, la salida. Bien, sin mayores problemas. Muy sencilla y con poco desnivel, aunque tenía que parar cada dos por tres para orientarme y mirar el mapa, abrir y cerrar verjas, y sacar alguna foto o leer carteles (había bastantes cosas interesantes, desde una reserva natural a restos históricos de diferentes épocas). Por todo esto se me hizo algo corta, pero pisé varias veces con la bola de un pie en piedras varias y me quedó el dedo gordo algo resentido.
Lo peor, la uña de meñique. Está medio despegada ya (se agradece algún consejo sobre ella...). Parece que una de las zapas me queda algo justa en el pie más grande, lo que me da bastante rabia ya que la talla parecía que era la correcta (tanto al probarlas en la tienda como según la guía de tallas de la marca). Debe ser que tengo el pie bastante cuadrado. En fin, que a ver si cede algo la zapatilla, aunque tengo menos esperanzas ya.