Gracias por los comentarios, Matter, XoseM y ACalvete.
- 5,74 km: 3,35 km (descalzo) + 2,39 km (sandalias 5mm)
- 5,88 km: 3,35 km (descalzo) + 2,53 km (sandalias 5mm)
Salidas de semana, tranquilas para “regenerar” y con el foco puesto en correr descalzo. Parece que el sóleo me mejoró, aunque sin desaparecer (la molestia) del todo.
- 19 km (más o menos) (Five Fingers Spyridon MR). Costa Trail Oleiros 2016. 650 m+
Llevaba un tiempo esperando a esta carrera para estrenarme en el trail. Durante la semana estuve mirando el tiempo, ya que estuvo lloviendo bastante y daban algo de lluvia para el fin de semana. Además, hubo una cierta incertidumbre por un escrito de diferentes asociaciones ecologistas sobre el impacto de la carrera en una colonia importante de cuervo marino, que finalmente hizo que el gobierno regional ordenase la modificación del recorrido en ese tramo (éste es un tema que me interesa y del que espero escribir algo con más detalle por aquí).
El día de la carrera, mil dudas sobre el equipamiento. No hace ni mucho frío ni calor, parece que va a llover un poco pero no mucho, etc. En fin, todo pa la mochila y ya decidiremos. Una vez allí, preparación y calentamiento. Y enseguida empezamos.
Crónica...
El primer tramo mostró lo que supongo que diferencia al trail de carreras en asfalto: correr por la playa, algo de cachondeo, ritmo tranquilo, atascos cuando el recorrido se estrecha o hay algún obstáculo, etc. Había pocas nubes y la visibilidad era estupenda – A Coruña se veía enfrente, muy nítida, y el mar azul intenso rompía tranquilo contra la base de los acantilados sobre los que corríamos. Cuando llegamos a una zona de caminos más abiertos y con pocas pendientes, me dejé llevar y aceleré para aprovechar para pasar a gente e intentar llevar un buen ritmo.
Fue un error. Tras el primer avituallamiento empezó una montaña rusa interminable que me puso enseguida en mi sitio. Me dio un medio bajón, bajé un par de marchas y a seguir tirando. Empecé a cogerle el gusto a subir cuestas andando. El recorrido aquí estaba lleno de subidas y bajadas cortas pero pronunciadas, y con algún salto de vez en cuando para poner a prueba nuestro equilibrio sobre superficies resbaladizas y nuestras habilidades para ayurdanos de ramas y cuerdas. Ya con menos gente alrededor, charla con algunos compañeros de camino, que se interesaban por las Five Fingers. Los kilómetros se acumulaban y terminé pidiendo - en mi mente - que llegase el segundo avituallamiento.
Un vaso de agua y un cuarto de naranja. El paraíso en la tierra. “Quedan 5km”, dice la voluntaria. “Seguro?”, respondo, sin querer hacerme ilusiones. Acompaño con mis trozos de plátano deshidratado mientras llaneo y volvemos, por los montes que cierran al sur el valle definido al norte por la costa por la que acabamos de pasar, al punto de salida (ahora, la meta). Y empieza la tercera fase de la carrera: con pendientes más suaves – me dio la impresión – pero con mucha agua en el camino. Barro superficial, camino-charcos, barro profundo, riachuelo-caminos?, barro con raíces y ladrillos rotos (!) escondidos debajo, y así. Además de cansar más, el pasar por zonas por las que no tenía ni idea de lo que había bajo el barro/agua (ni a qué profundidad estaba el suelo firme) hacía que la cosa fuese bastante peliaguda. Por lo menos me vinieron bien mis salidas en semanas anteriores para practicar el correr con barro.
“Quedan dos kilómetros, no? Esta bajada de monte y ya está”, me decía otro corredor. “No sé” - casi no quería ni escuchar, no fuese a ser que no fuese verdad y luego viniese otro monte. Y en esto, al empezar a bajar, chaparrón. Un velo húmedo cubre el bosque, el agua resbala por la cara, los pies se hunden ya sin miramientos en la tierra brillante y gris – era gris? – y finalmente llegamos a una zona más llana, alguna pequeña laguna, algún puente sobre un riachuelo, y tejados de teja. Sí, ya no hay más, y enfilamos hacia meta dejando atrás la espesura. Descubro que aún tengo fuerzas para correr a buen ritmo sobre asfalto, y cruzo la meta con una buena sensación. Según me dicen, termino a poco más de dos horas (la clasificación no está disponible todavía).
Al terminar, charla con un par de conocidos a los que no veía desde hace más de una década y callos con cerveza por parte de la organización. Muy cansado y en general contento, aunque no me esperaba la dureza de la carrera, de la que decían que es una buena iniciación al trail. La uña no me dio problemas – sigue ahí medio negra – y el sóleo a ver mañana cómo se despierta. Las Five Fingers muy bien, me protegieron lo suficiente y me dieron buena seguridad. Eso sí, los pies trabajaron tanto que terminé como si hubiesen llevado una malleira, como decimos por aquí.
(No sé, pienso si es realmente útil incluir una crónica tan detallada aparte de para recordarme a mí mismo cómo fue. Pero, en fin, espero que transmita al menos lo que fue una primera experiencia (minimalista) de trail y le pueda servir a alguien que esté en ese camino.)
Posiblemente me apunte a una media maratón el fin de semana que viene; todavía no lo he decidido. Sería mi primera. Ya veremos

Un saludo a tod@s.