- 24 Ene 2018, 21:57
#41898
Buenas tardes, os voy a comentar cómo está siendo mi transición, que nadie me tome como ejemplo por favor (jejeje). Después de leer mucho y darle muchas vueltas a la cabeza uno de los días que salí a correr me quite las zapatillas sin más. Nunca me he sentido cómodo realmente corriendo con zapatillas y siempre he tenido la sensación de que algo no iba bien.
De todo lo que había leído lo que más me llamó la atención fue un artículo en el que hablaban de la cara de los corredores adultos, siempre sufriendo y desencajados y la cara de los niños al correr, riendo y alegres. Yo me identifico claramente con el primer grupo
.
Cómo decía me quite las zapatillas y terminé los 3km que me faltaban descalzos a un ritmo muy suave. Cuál fue mi sorpresa a los 2 días cuando no podía casi andar, tenía unas agujetas increíbles en los soleos.
Me tome unos días de descanso y me compré unas suelas vibram de 6 mm a las que le puse las cordoneras. Volví a salir muy suave por caminos de tierra y lo que más me molestaba eran las piedras en las plantas de los pies.
Las agujetas ya no me atacaron aunque si se me cargaban los gemelos, además me di cuenta que iba dando saltitos esquivando las piedras. Las siguientes salidas las he hecho de noche para evitar esquivar piedras y me he dado cuenta que los pies son lo suficientemente inteligentes y autónomos para ir adaptándose al terreno.
Estoy dejando que sean los pies y piernas los que me guíen y aunque reconozco que estoy forzando un poco la situación de momento va todo bien, tan bien que lo que más me ha sorprendido es verme riéndome mientras corro. El cerebro tiene una forma muy extraña de resolver algunas situaciones
.
El domingo quise hacer una prueba y volví a salir con zapatillas y efectivamente, volvieron los pinchazos en glúteos, isquiotibiales y dolores en el rabillo.
Ayer hice 9 km con mis huaraches caseras al ritmo que me pedía el cuerpo y quiero decir que estoy encantado, además, aunque ya no me fijo mucho, por los recorridos que conozco y lo que tardo estoy haciendo tiempos muy parecidos a los que hacía con amortiguación.
Sé que voy un poco rápido, lo que si respeto mucho son los descansos y las recuperaciones pero esque me lo pide el cuerpo. Encantado de estar aquí con vosotros, un saludo.
Por cierto, las únicas molestias aparte de las primeras agujetas y las piedras son unas ampollas en los 3 dedos exteriores de ambos pies por el roce con las huaraches. Imagino que poco a poco iré mejorando la técnica y pisaré mejor. A día de hoy se ha endurecido la piel y ya no me molesta.
De todo lo que había leído lo que más me llamó la atención fue un artículo en el que hablaban de la cara de los corredores adultos, siempre sufriendo y desencajados y la cara de los niños al correr, riendo y alegres. Yo me identifico claramente con el primer grupo
.Cómo decía me quite las zapatillas y terminé los 3km que me faltaban descalzos a un ritmo muy suave. Cuál fue mi sorpresa a los 2 días cuando no podía casi andar, tenía unas agujetas increíbles en los soleos.
Me tome unos días de descanso y me compré unas suelas vibram de 6 mm a las que le puse las cordoneras. Volví a salir muy suave por caminos de tierra y lo que más me molestaba eran las piedras en las plantas de los pies.
Las agujetas ya no me atacaron aunque si se me cargaban los gemelos, además me di cuenta que iba dando saltitos esquivando las piedras. Las siguientes salidas las he hecho de noche para evitar esquivar piedras y me he dado cuenta que los pies son lo suficientemente inteligentes y autónomos para ir adaptándose al terreno.
Estoy dejando que sean los pies y piernas los que me guíen y aunque reconozco que estoy forzando un poco la situación de momento va todo bien, tan bien que lo que más me ha sorprendido es verme riéndome mientras corro. El cerebro tiene una forma muy extraña de resolver algunas situaciones
.El domingo quise hacer una prueba y volví a salir con zapatillas y efectivamente, volvieron los pinchazos en glúteos, isquiotibiales y dolores en el rabillo.
Ayer hice 9 km con mis huaraches caseras al ritmo que me pedía el cuerpo y quiero decir que estoy encantado, además, aunque ya no me fijo mucho, por los recorridos que conozco y lo que tardo estoy haciendo tiempos muy parecidos a los que hacía con amortiguación.
Sé que voy un poco rápido, lo que si respeto mucho son los descansos y las recuperaciones pero esque me lo pide el cuerpo. Encantado de estar aquí con vosotros, un saludo.
Por cierto, las únicas molestias aparte de las primeras agujetas y las piedras son unas ampollas en los 3 dedos exteriores de ambos pies por el roce con las huaraches. Imagino que poco a poco iré mejorando la técnica y pisaré mejor. A día de hoy se ha endurecido la piel y ya no me molesta.
