- 24 Ene 2018, 01:37
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¡Buenas!
Ahi va mi crónica de la Batalla de Munda 2018.
Esa noche no pude dormir bien, tenía cierta sensación de euforia reprimida y nerviosismo, je je. El año pasado la tenía preparada, pero por una molestia la tuve que correr con zapatillas minimalistas. Esta sería la primera vez que intentaría correrla descalzo.
Este año la preparación ha sido algo rara. El fondo ya lo tenía de haber corrido la popular de mi pueblo (16 kms), pero todo preparado con huaraches y alguna vez usé zapatillas. El año pasado comencé tarde a correr y no me dió tiempo de preparar la carrera de mi pueblo para correrla descalzo, como hice el año pasado, que es como realmente me hubiese gustado.
Con todo esto, comencé a preparar Munda para hacerla descalzo hace sólo un mes y medio, sin saber si quiera si la iba a poder correr, ya que los horarios laborales me los dieron pasado mediados de diciembre, resultando que trabajaba el día de la Batalla de Munda, y teniendo que pedir el sábado a un compañero para no salir del trabajo a las 6:00 de la mañana del domingo. Eso sí, el mismo día de Munda me esperaban después 12 horas de trabajo de tarde noche.
Llegué a Montilla y saludé a algunos conocidos y me presenté a todos los descalzos que vi por allí. Muy maja la gente de Murcia. Me quedé con las ganas de ver a Adan y no pude hablar practicamente con Juande, más allá de saludarlo.
Llevaba una semana sin correr absolutamente nada por culpa de una grieta del pie izquierdo de unos 4 cms que estuve cuidando y decidí llevar la mochila de las ultras con laa zapatillas minimalistas de más protección que tenía y calcetines, por si acaso (descarté las huaraches porque si hacía uso de calzado en caso de emergencia, evitar roces con la piel abierta).
En la salida de meta tenía las ideas muy claras: llegar a línea de meta y con los pies lo mejor posible. No quería ni imaginar pasar las 12 horas de currelo sin poder andar bien o con los pies reventados.
Salí de los últimos. En el primer tramo de asfalto alcancé al grupo descalzo que iba más tranquilo, estuve un ratejo con ellos y decidí adelantarlos, sabía que en el camino me quedaría muy atrás. Y así fue...
Las pocas personas que llevaba detrás comenzaban a adelantarme. Me sentía agusto corriendo descalzo, pero no sé si por temor a hacerme daño y pensar en el trabajo, por la novedad de hacerla descalzo, por la grieta del pie izquierdo o por la semana sin entrenar, corría muy lento, pero seguro.
Pronto el ronroneo del motor del coche escoba paso a ser mi fiel compañero. Me veía solo y los demás se alejaban, hasta tal punto que perdí a todos de vista. Pasaban los kilómetros y los pies respondían bien, pero puede que le temiese algo al terreno y descarté totalmente intentar coger al último.
Seguía recorriendo los kms en soledad absoluta, seguía el último y al llegar al kilómetro 14, los pies ya empezaban a avisarme de que estaban comenzando a mermar. Empezaba sentir la textura del camino más de lo usual. Kilómetro 16, ya al borde de la hipersensibilidad, temiendo pasarlo mal. Sigo solo. Km 17, me encuentro con el primer corredor que alcanzo ¡¡Por fin, pienso, a pesar de todo, no voy a ser el último!! El pobre hombre va K.O. y sólo camina. Lo animo a que continue corriendo, pero dice no poder. Vislumbro algunos corredores más adelante. Sigo al borde de la hipersensibilidad ya los pies no van a mejorar.
Kilómetro 17.5 encuentro el asfalto hasta meta y veo corredores que puedo adelantar. El asfalto me resulta ahora una alfombra comparado con el camino...ya no le doy importancia a la hipersensibilidad. He corrido tan lento que percibo las piernas en muy buen estado. Pos nada, ¡a vaciarme hasta la meta! Aprieto todo lo que puedo y adelanto a unos cuantos corredores me encuentro también con el último grupo decalzo que también paso a escasos 200 metros de la meta. Los pies no han alcanzado la hipersensibilidad, menos mal.
Cruzo la meta bastante emocionado, cosa que no me pasaba desde la maratón. Los pies los tengo fastidiados, pero no in extremis. ¡Reto conseguido!
Saludo y hablo un ratejo con los corredores minimalistas, pero lamentablemente, me tengo que ir. Ahora me espera otra batalla: las 12 horas laborales. Me cuesta caminar un poco pero con el paso de las horas noto como los pies se van recuperando.
2 De la mañana, ya camino bien y apenas siento molestias. 6:20 de la mañana, en la cama ya por fin. ¿Mis pies han corrido 19 kms? ¡Pues no lo parece! Alucinante como "aprenden" los pies a recuperarse.
¡¡Saludetes para todos!!