- 21 Ago 2017, 11:10
#40989
He estado actualizándome un poco leyendo el foro, y ya de paso pensé en actualizar brevemente el diario.
A un verano (junio-julio) algo intenso en el trail siguieron varias salidas poco planificadas por asfalto, por diferentes motivos (algo de descanso, dificultades para ir al monte, trabajo). Y, si en julio estaba contento con mi estado de forma, llevo unas semanas algo de capa caída. Al pasar a correr en asfalto, instintivamente empecé a subir ritmos ("anda, mira cómo fluye la cosa sin raíces, piedras, ni pendientes imposibles"), a hacer muchas salidas similares, y los tendones de aquiles empezaron a quejarse. En junio, además, había tenido lo que creo que era un principio de tendinitis en los extensores de los dedos de un pie. Aunque la molestia desapareció pronto, el hinchazón del pie no, y esto también ha hecho que reduzca los kilómetros. Y, para añadir algo más, la semana pasada pisé tontamente dos piedras con la bola de un pie cuando se me dio por correr un poco por un camino de monte con muy poca protección y muy poco cuidado también. Aunque no parece nada serio, aún noto la molestia y hoy me puse las huaraches de 8mm en vez de las de 5mm para no empeorarla.
Nada especial en esto del minimalismo, pero por lo menos me recordó un par de cosas importantes: (i) correr en asfalto requiere algo más de cuidado al ser más repetitivo para el cuerpo, sobre todo si uno viene de correr principalmente en trails; y (ii) más en general, la transición - al menos para mí - no termina por haber alcanzado un objetivo. Si cambio la rutina, mi cuerpo tiene que adaptarse a la nueva.
Me apunté este domingo a una carrera corta de trail en Galicia, para quitarme el gusanillo de no haber casi pisado caminos en estas últimas semanas e intentar ponerme más a punto de cara a septiembre. Un saludo a tod@s.
A un verano (junio-julio) algo intenso en el trail siguieron varias salidas poco planificadas por asfalto, por diferentes motivos (algo de descanso, dificultades para ir al monte, trabajo). Y, si en julio estaba contento con mi estado de forma, llevo unas semanas algo de capa caída. Al pasar a correr en asfalto, instintivamente empecé a subir ritmos ("anda, mira cómo fluye la cosa sin raíces, piedras, ni pendientes imposibles"), a hacer muchas salidas similares, y los tendones de aquiles empezaron a quejarse. En junio, además, había tenido lo que creo que era un principio de tendinitis en los extensores de los dedos de un pie. Aunque la molestia desapareció pronto, el hinchazón del pie no, y esto también ha hecho que reduzca los kilómetros. Y, para añadir algo más, la semana pasada pisé tontamente dos piedras con la bola de un pie cuando se me dio por correr un poco por un camino de monte con muy poca protección y muy poco cuidado también. Aunque no parece nada serio, aún noto la molestia y hoy me puse las huaraches de 8mm en vez de las de 5mm para no empeorarla.
Nada especial en esto del minimalismo, pero por lo menos me recordó un par de cosas importantes: (i) correr en asfalto requiere algo más de cuidado al ser más repetitivo para el cuerpo, sobre todo si uno viene de correr principalmente en trails; y (ii) más en general, la transición - al menos para mí - no termina por haber alcanzado un objetivo. Si cambio la rutina, mi cuerpo tiene que adaptarse a la nueva.
Me apunté este domingo a una carrera corta de trail en Galicia, para quitarme el gusanillo de no haber casi pisado caminos en estas últimas semanas e intentar ponerme más a punto de cara a septiembre. Un saludo a tod@s.