- 17 Mar 2013, 18:45
#16303
Bueno voy a dejar por aquí la crónica del entrenamiento en el track del Cara de los Tajos, próxima carrera de montaña en la que voy a participar y que no tiene tregua. Aviso, no apta para calzado minimalista puro, o por lo menos para mí.
A eso de las 6.15 de la mañana sonó el despertador, uf uf uf, un sábado cada 7 días y madrugo más que en mi jornada laboral habitual, con ilusión tostadita con miel, cafelito, y algo de fruta, y durante todo ese tiempo en mi cabeza palabras de compañeros del foro, " el que ha trazado el circuito se ha pasado" " es un circuito muy exigente" etc inundaban mi cabeza, así que pensé doble ración de frutos secos e higos secos, dos botes de agua y que sea lo que las piernas quieran.
A esto tengo que añadir, que ayer por la tarde me había metido 12 kms de entrenamiento natural, en los que hice como una hora y media sin parar de moverme, corriendo, gateando, saltando, lanzando rocas y variando constantemente el terreno, que pienso que antes de hacer el recorrido completo de tan exigente prueba no puede ser recomendable, pero mi meta la tengo clara, 101 de Ronda, por tanto he de luchar contra la concentración de lactato y enseñar a mi cuerpo a metabolozarlo, o por lo menos eso dicen todos los manuales y artículos que han caido en mís manos.
Tenía la ilusión de que mi nuevo pedido de zapatillas, unas new balance minimus trail mt 110 de transición al minimalismo, con placa antirocas, y algo de amortiguación llegasen ayer viernes, pero no fué así.
Compradas exclusivamente para el recorrido Cara de los tajos, ya que me habían hablado que había tramos con mucha piedra suelta, y esos 4mm de drop me vendrían bien... pues lo confirmo desde hoy mismo, no he tenido ningún problema en los pies, pero para ir ,como he ido hoy, con zapatillas sin amortiguación ninguna,merrell trail glove, es un estrés psicológico tremendo, tener que decidir entre tanta piedra dónde poner acertadamente el pié, y cuando vamos sumando kilómetros es dificil mantener la concentración óptima mínima indispensable si no quieres hacerte pupa de verdad por esos caminos infernales.
Bueno, a las 7.45 estábamos preparados, Paco, Domi y yo. Me dió mucha alegría verlos ya que no coincidía con Paco desde Farajan, y con Domi desde la quedada de comienzos de año de la subida a la bola desde Jarapalos. Solo en la salida, desde el aparcamiento hasta iniciar el carril, ya me iba dando cuenta de lo que iba a ser una tónica general, (me falta entrenar monte y desnivel). Paco y Domi están fuertes, han entrenado concienzudamente para esta carrera, haciendo salidas por tramos e incluso recorrido completo. Me comentan, que habían venido ya unas cuantas veces, así que estaban curtidos en el circuito. Yo sin embargo, desde la subida a la Maroma, (hace más de un mes), no he metido desnivel en mis entrenamientos, a no ser que los montículos del paseo marítimo los considere desnivel, y ese sería mi handicap todo el recorrido...( tendría que haberme traido una cuerda. dos arneses y haberme enchufado a uno de ellos. Sinceramente no sé quien de los dos va más fuerte pues se iban turnando para acompañarme todo el camino, y eso me daba la sención de ir frenando el entreno de los compañeros y no me gustaba nada de nada.
Comenzamos el primer ascenso, práctimente sin darle tiempo al cuerpo a entrar en calor y a pasar de modo gasolina a diesel, es bastante exigente, me recordó al inicio de Farajan, buena pendiente ascendente que nos llevaría a la primera gran bajada, muy bonita por cierto, con un terreno mullido por las pinochas y la humedad del monte y era una delicia correr por ahí, aunque por otro lado pensaba, madre mía, hemos subido para volver a bajar prácticamente todo lo subido, ( ¡ que paliza va a ser esto!).
Una vez completado el descenso, pues lo dicho, comienza otra subida pero bastante progresiva, o por lo menos a mi me la pareció, pero a mediados de esta, apareció una nube, un viento, lluvia, un frío del copón ,sin venir a cuento que me hizo parar a ponerme la chaqueta, que juntándose con que iba andando hacia arriba me destempló un poco el cuerpo. En ese momento me acompañaba Paco, el paisaje espectacular, se va viendo todo el pueblo, como en nuestro ascenso iba quedando dibujado en el fondo del monte, cuando hacía nada, estábamos rozando casi las casas en la bajada. Espectacular el paisaje y los senderos.
Paco me comentó, ahora vamos a pasar al otro lado del monte, al lado izquierdo y comenzará una buena bajada de nuevo, y ya solo queda subir a la bola y volver bajando hasta el final.
Me encontraba bien aún, cuando nos reagrupamos me metí un higo seco, poco de agua y a afrontar la bajada que minaría mi moral.
Comenzamos la 2ª gran bajada por un sendero, que creo que es el más rocoso, más estrecho, más ......... que he realizado, Dani me dijo que en la carrera de Jarapalos pasamos por uno similar, puede ser, aunque yo creo que mi mente tiende a olvidar aquellas experiencias traumáticas, o simplemente no recuerdo haber bajado por un sendero a la vez bonito, pero donde había tanta piedra suelta, de todos los tamaños, tan estrecho, que no me permitía un error, sabía que un tropiezo por un lado me iba a hacer mucha pupita, y por otro que con el calzado mínimo,pisar algún canto mal,me podía hacer mucho daño en la planta del pié.
Así que ,puse el freno en la bajada, controlando mucho, pensando constantemente donde pisar y sin permitir al cuerpo dejarse llevar por los 9,8 metros por segundo al cuadrado que la gravedad tendía a llevarme, con lo que los cuadriceps se iban cargando.
El senderillo iba llegando a su fín y se amplió en un camino más ancho, con mucha piedra, pero ya más cómodo hasta llegar al punto donde comenzaría esa tercera gran subida y mi bestia negra " la bola".
Por aquel momento, me comentó Paco que eran las 11 menos cuarto de la mañana, así que llevábamos corriendo unas tres horas, yo pensé por un lado, solo tres horas y ya nos hemos cargado unos 15 km, de los 29 de la carrera, por tanto nos quedaban 4-5 km de subida hasta la Bola y ya todo era bajada. En ese momento, nos paramos para despedir a Dani, que venía simplemente a entrenar un poco, y con ya muy poca fé me dispuse a mi asalto a la Bola.
Comenzó una nueva subida, puede que sea la más dura, si no lo es por pendiente, si lo es por el cansancio acumulado que uno lleva ya, puesto que llevábamos en el cuerpo 1000 metros de desnivel positivo o más y aún teniamos que alcanzar otros 500 metros más de desnivel.
En esta ocasión se quedó Domi acompañandome, y Paco tiró hacia arriba que se las pelaba, ( menos mal que me comentaba que le dolía el tendón, madre mía que fuerte estan los compañeros). En ese momento, mi cuerpo necesitaba comer algo, tenía en la cabeza un bocata de jamón, me apetecía comer, así que saqué un plátano y me lo fuí comiendo mientras subía ya con las fuerzas justas. Domi seguía fácil delante mía abuen ritmo, pero cada vez me era más dificil seguirlo, aquí eché de menos los bastones, que para la próxima vez van en la mochila sin falta. Otra vez se veían las casas blancas del pueblo como iban desapareciendo, con unas vistas inmejorables de todo el valle, rodeado por los montes.
Calculo que llevaría unos 2-3 kilómetros subiendo, o puede ser que menos, no tenía las piernas cansadas pero me notaba el cuerpo que ya no iba bien, por un lado estaba viendo que frenaba constantemente a Domi, cuyo ritmo no podía seguir, por otro tenía la imagen de un compañero amarillo como un oriental de una pájara del otro día, por otro ví como mis reservas de agua se estaban quedando bajo mínimo, pensamientos negativos se apoderaron de mi mente, ( eres un paquete, que cojones haces aquí, estas frenando a los compañeros, para que te metiste ayer tantos kilometros, no tienes agua bastante, solo te quedan frutos secos pues has olvidado los dátiles en la cocina, solo has dormido 5 horas y son necesarias 8 para estar bien, si te da una pájara en la bola como lo vas a hacer para bajar, ...) y a esto que pasaban dos senderistas, y no me lo pensé...Buenos días, ¿ vais para abajo hasta la gasolinera? Si si. Pues si no os importa o acompañaré, Domi sigue tú, que yo ya voy listo...
Así que aquí se acabó mi historia, bajé los 4-5 kilómetros hasta el coche, bastante desmotivado, pensando incluso en dejar esto de las carreras, vender dorsal de 101 etc...aunque no hay nada mejor que en esa situación que tomarse un refrigerio, alimentarse adecuadamente para que se vuelva a encender la llama.
Ahora despues de la merecida siesta analizadora de la situación pienso:
1º Indispensable para esa carrera unas zapatillas con algo más de protección, no por que mis pies sufrieran, que están como nuevos, sino por dejar descansar a la mente para que afronte con garantias el ascenso a la bola.
2º Mínimo un día por semana he de entrenar desnivel aunque sea en modo senderismo, no creo que para los 101 sea necesario anular desnivel, más bien pienso que el desnivel puede ir bien ya que fortalece toda la musculatura.
3º Es buena opción para los que nos falta gas cuesta arriba los bastones en esta carrera.
4º Auque he abandonado me he visto infinitamente mejor que hace 6 meses.
5º Lo mejor de todo es que ahora mismo estoy como si no hubiera corrido, con las piernas perfectas y los pies también, por lo que queda ludícola para rato.
6º Es de las carreras más bonitas y duras que de momento he realizado, un diez para el trazado, y que tomen nota otros que se adentran en este mundo de organizar carreras, como un mismo monte se convierte en un trail exigente.
Como escuché en la presentación en Montilla de biomecánica, creo que era de la mano de sportlab, para montaña, con desnivel, y bajadas muy técnicas es necesario un calzado más protector, con algo de amortiguación, las merrell se quedan cortas en mojado y en terrenos muy técnicos, y al cabo de los kilómetros comienzan las molestias en las plantas de los pies.
Con esto no estoy renegando de correr natural, pero hay lugares en los que transcurren distintasp pruebas que el hombre de forma natural nunca hubiera tirado, teniendo senderos en condiciones a 2 metros.