Salida 222 | 18.2.17 - 14:00h | 15km - +226m - 12km Descalzo + 3km Huaraches 10mm - Asfalto y caminos de pedruscos
Me duele el pie derecho. Lo tengo maltrecho. Ahora toca mimarlo. Ayer fué para mi un día importantísimo en mi transición. No conseguí hacer toda la carrera descalzo pero, Ei!, lo que hice no lo hubiera ni imaginado antes de ayer y no puedo todavía creerlo del todo. Aquí empieza la superchapa:
Leimentalerlauf: - 15km - 1:06:23" (aprox. 4:30/km)
Es el tercer año que hago la carrera y siempre me ha parecido dura por sus +226m de subibajas pero hermosa por los paisajes. Estos son los tiempos de estos tres años:
2015 = 1:12:14" con ASICS (esta fué mi cuarta carrera en mi nueva vida de atleta popular y la primera vez que cubría los 15km)
2016 = 1:04:31" con Huaraches 10mm
2017 = 1:06:23" Descalzo con un poco ayuda
Es evidente que en estos pocos años he aprendido a correr mejor. Este año hice 2 minutos más que el año pasado y sin embargo lo siento como un éxito absoluto y es que lo de este año tiene su historia.
Salgo de casa em bicicleta hacia la salida ( 40min en bici
) sin una idea muy clara de cómo afrontar la carrera. No me siento muy en forma para darle caña y al mismo tiempo el terreno no es como para tomarlo en plan entrenamiento descalcista. Tengo dos opciones: 1. intentar terminar la carrera a 4:10/km con los huraches desde el principio o 2. salir descalzo e ir poniéndome las sandalias cuando lleguen los caminos de piedras. Finalmente decido salir descalzo y ver que pasa.
Justo en la salida me encuentro con una Suiza calzando Sandalias Luna
. Creo que es la primera minimalista que veo en Suiza. Charlamos un poco y nos interrumpe el pistoletazo de salida. La carrera comienza en una calle muy estrecha por lo que si no sales muy adelante te ves atrapado en un taponcillo que no se abrirá hasta pasado mas o menos medio kilometro. La verdad es que si uno no lleva mucha mucha prisa viene bien para ir tomando tono. La aglomeración me mantiene un poco tenso por estar completamente rodeado de zapatillas voladoras. No hace ni seis meses que me rompí un dedo del pie y no quería repetir. Voy adelantando poco a poco y siguiendo a mi compañero del club Jorge (otro español). El primer km salió a 4:14/km. Después vendrían las cuestas y mi Odisea personal.
Hace un día hermoso de invierno tardío. Ha salido el sol y estamos a unos 7°C. Nos acercamos al bosque mientras todo fluye. En el kilómetro 1.5 después de la salida dejamos el asfalto y nos adentramos en los caminos de tierra. Mi reacción es clara y concisa:
"a ver que pasa". La tierra está fresca y esponjosa, las piedras dejan huecos y mis ganas de seguir corriendo descalzo se agigantan, hay zonas con barro frío que abrazan el pie (me pregunto si podré ponerme las huaraches en caso de emergencia o se me resbalarán por estar los pies mojados). Es simplemente una pasada. No quiero decir que no me duela nada o que es todo esponja y seda, que va!, pero el verme corriendo a ese ritmo (unos 4:45/km a estas alturas y subiendo) por semejante camino y con buenas sensaciones me llena el corazón de entusiasmo y pienso si sería capaz de terminar los 15km descalzo. Desgraciadamente no sería así. El ascenso de este primer tramo suponen 100m de desnivel y los supero con dignidad pero... ai amigo! con este inconveniente no contaba:
las cuestas hacia abajo. Nunca pense que las cuestas abajo sería mi mayor enemigo en una carrera
. El caso es que por caminos de piedras y cuesta abajo no podía más que ir frenando todo el tiempo. No había forma de controlar donde pisaba el pie y la cosa se empezaba a poner muy chunga. Empiezo a quedarme lentorro y muchos corredores me adelantan, algo a lo que nos tendríamos que acostumbrar mutuamente a lo largo de la carrera
. Comprendo que terminar la carrera descalzo va a estar muy complicado y que el precio puede llegar a ser llegar andando a meta, cosa que no se me hace muy atractiva. Pasado el km 3 el terreno se pone realmente salvaje y perverso. En la bajada he pisado varias veces alguna piedra con el talón del pié derecho. El dolor del talón es soportable pero el miedo a impactar el talón de nuevo con más piedras es preocupante. Finalmente decido que no tiene sentido seguir descalzo, que tampoco estoy tan preparado y que puedo seguir disfrutando de la carrera y del día tan hermoso que hace. Me calzo las huaraches y salgo aliviado echando castañas. El siguiente km es plano y lo cubro en 4:00'
. El caucho de las sandalias me sabía a gloria y había que celebrarlo
. Han pasado 4 de los 15 kms y ya han pasado tantas cosas en la carrera. He soñado con el cielo y me he encontrado en el infierno y me he sacudido las pelusas con despecho sabiendo que uno hace las cosas por motivos muy íntimos, pero que también las puede deshacer por "otros" motivos igual de íntimos.
Estoy en el km 5 y los pies se han relajado un poco. Comienza un nuevo tramo de asfalto y sin pensarlo dos veces me quito los Huaraches. Me esperarían algo más de 6km descalzo donde pasarían algunas cosas y pensaría muchas más. Para empezar voy notando que he corregido la pisada para evitar apoyar el talón derecho lo que me estaba provocando una sobrecarga del empeine y del tobillo. Hasta ahora no había tenido ese tipo de molestias y me hace pensar que
"a ver si me voy a joder algo que la semana que viene me voy a Mallorca a entrenar y no me apetece quedarme en la habitación del hotel". Llegamos a la granja donde está el único avituallamiento y que tiene suelos de adoquines algo chungos. Ahí noto mucho más las molestias del tobillo, imagino que por evitar más todavía el apollo del talón. Me dan agua caliente (Bua!). Quizá no saben que el vaciado gástrico es más rápido con agua fría y por lo tanto mejor que el agua caliente. En fin, tengo otros problemas. Hasta ahora la dinámica social de carrera cuando iba descalzo era adelantar gente en plano y subidas y que me vayan adelantando en bajadas y terrenos con pedruscos. Con huaraches, y puesto que me los puse cuando estaba muy saturado y ralentizado, iba adelantando de nuevo a la misma gente. De este modo estaba corriendo casi con la misma gente pero adelantándonos alternativamente. Imagino que se veía raro para ellos pero es que correr descalzo implica eso: adaptarse al terreno. Como es de esperar muchos espectadores y corredores hacían comentarios, no era para menos, yo todavía no termino de creerme lo que hice!. Había uno de ellos que cada vez que me adelantaba o lo adelantaba yo a él sacaba el pulgar en signo de aprobación. Estas cosas por supuesto le animan a uno por el camino
. En el km 9 hay una cuesta de pedruscos con hierba al borde del camino. No se porqué no me gusta correr descalzo por la hierba, si es un clásico!!. El caso es que si quiero seguir corriendo descalzo a estas alturas no me vendrá mal un alivio. Decido saltar al prado y mi ojos se salen de las cuencas buscando piedras y ramas entre la hierva. Por suerte se ven bien y no son pocas pero mis pies se van recuperando un poco y eso se agradece. Al final de la cuesta comienza de nuevo un tramo de asfalto e intento subir el ritmo. Entonces me doy cuenta que esta forma de correr es algo nueva para mi porque sin motivo aparente comienza una especie de calambre en el muslo derecho, a la altura de la rodilla, imagino que motivado por el cambio de pisada y por lo tanto el distinto uso de músculos. En fin, que no puedo apretar todo lo que quisiera pero voy controlando. Es curioso pero cuando uno siente un calambre no puede dejar de pensar en el calambre por lo que en vez de relajarse se tensa lo cual es peor. Imagino que es también disciplina. Me concentro en la pisada y en el camino para apartar mi pensamiento del muslo. Llego a pensar que podría terminar la carrera sin ponerme de nuevo los huaraches. El terreno está estable y de nuevo los metros fluyen con harmonía cosa que disfruto mucho. Hace un gran día para correr.
Se acerca la peor cuesta de la carrera, otros +100m de subida repartidos en apenas 200m que no solo ponen al corazón como un redoble de tambor sino que también meten los cuádriceps en aceite hirviendo. Todos los años lo mismo. Al final de la cuesta de la muerte se pone un grupo de personas para animar lo cual te motiva para darlo casi todo pero una vez arriba te encuentras hipotecado para los 4 kms que faltan. En realidad no es para tanto. Al poco uno está de nuevo recuperado y contento de que lo peor ya ha pasado. Pero es terminar esa cuesta y pensar que te vas a desmayar. En fin, seguimos para adelante y el asfalto se ha vuelto más hostil con una zona llena de piedritas que me ha dejado algo tocado. Se acerca una bajada con camino de tierra y decido volver a ponerme las hauraches antes de hacer algún destrozo. Estoy inmerso en una dinámica frenética y no puedo aceptar correr los siguientes kms casi caminando. Si quiero hacer una carrera de este tipo descalzo tendré que concienciarme mucho antes de salir. Tardo unos diez segundos en calzarme y salgo de nuevo cuesta abajo a-pijo-sacao (como dirían en mi tierra
). El camino de tierras duraría 1.6km hasta bajar de nuevo al pueblo enfilando ya prácticamente el último tramo de la carrera por asfalto. Prácticamente descorriendo lo corrido. Ahora no siento molestias ni calambres. Es un trayecto placentero y lo disfruto a la espera de recuperar el camino de asfalto y descalzarme de nuevo.
Finalmente llega el asfalto. El sol brilla y huele a meta. Me descalzo y me doy cuenta que el pie está bastante saturado. Habrá que hacer de tripas corazón porque creo que me he ganado el gustazo de entrar en meta descalzo. Van a ser 1500m muy frenéticos con una media de 3:50/km. De momento voy solo. A lo lejos veo un corredor pero demasiado apartado como para alcanzarlo. Se acercaba uno de los momentos más geniales de la carrera. Tras 500m enfilo el camino de asfalto que va recto hacia la meta. Lo que en la salida era un cuello de botella ahora es una pista de despegue de una aeropuerto por estrenar. Aquel corredor solitario se ve nitido a unos 300m. Me encuentro con Luc. Luc es un tipo de mi club que no puede correr por artrosis pero que disfruta acompañandonos y ocupandose de la logística. Va en bicicleta porque se encarga del soporte a corredores (por lo que tiene permitido circular en carrera) y además va armado con dos cámaras Garmin Virb (tipo goPro). Comienza a pedalear a mi lado y grabándome en las narices. Una cosa así es prácticamente una provocación. Estoy cansado pero no agotado. Los pies tendrán que recuperarse en otro momento. Ahora toca darlo todo. El corredor solitario se va aproximando. No tengo claro poder adelantarlo antes de la meta pero de momento solo me concentro en respirar e intentar parecer elegante (
). Mi reloj me diría más tarde que el mejor ritmo en este tramo fué de 3:18/km y le creo porque llegue a llenarme de lactato llegando a dudar si llegaba con fuerza a la meta. Adelanto al corredor solitario y afronto los últimos 100m de la carrera. Ahí estaba mi gente del club que ya había terminado o simplemente vinieron a animar gritando y llenado el momento de épica. Y sin nada más que ofrecerle a un día tan hermoso entré parando el reloj en 1:06:23" lo cual me pareció poco para los periplos que había vivido. Pero por encima de todo con la convicción de que mi transición comenzaba una nueva etapa más rica e interesante si cabe.
con los compañeros del "Basel Running Club" Leimentalerlauf_2017.jpg (87.18 KiB) Visto 7319 veces
Charlas, comentarios, bebida isotónica y un poco de respirar tranquilamente. Uno de los corredores se acerca y se interesa por mis pies. Se los enseño y descubrimos un dedo del pie derecho ensangrentado. Se asusta y me pregunto:
"Y esta gente prefiere que se le caigan las uñas negras a una ampollita de nada?". Pero es como todo, lo desconocido nos asusta y lo que conocemos lo asumimos. Tras la carrera comienza a bajar la adrenalina y van llegando los primeros síntomas de daños y efectos colaterales. Me dirijo hacia las duchas cojeando y pensando en qué demonios he hecho y termino desahogándome con la mesa de pasteles. Sin duda alguna:
un gran día para correr
Balance de daños
Como era de esperar me llevo algunas ampollas de recuerdo. Pero he de decir que para los kms que hice, a la velocidad que lo hice y por los terrenos que corrí no me pasó na de na !!!
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pie izquierdo.jpg (62.13 KiB) Visto 7319 veces
Las fotos están hechas unas dos horas después de la carrera y por supuesto después de la ducha
. Lo peor es el talón derecho. Todavía a 24 horas de la carrera no me deja andar correctamente. Pero no creo que sea muy grave. Espero estar el martes de nuevo entrenando.
Y hasta aquí la mayor chapa de este diario que yo recuerde. Ea!, uno empieza sin saber mucho qué contar o como contarlo y al final se suelta. El hecho es que tengo esta carrera muy presente.
un saludo a todos los compañeros minimalistas y descalcistas.
joseja
PD: pronto subiré el video del último tramo a facebook o a googledrive
))))