Correr con calor: mecanismos de termorregulación corporal (I)

Son muchas las voces del mundo científico que defienden el concepto de que el hombre está hecho para correr, y gran parte de la comunidad de corredores del mundo entero comparte dicha afirmación gracias al famoso best-seller titulado “Nacidos para correr” (McDougall). Aunque cueste entenderlo, correr sobre dos patas es mucho más eficiente que hacerlo sobre cuatro, pero si como yo, eres de los que no se ha leído este famoso libro, para poder acercarte más al tema en cuestión bastará con buscar un poco de información sobre nuestro sistema locomotor o sobre antropología; rápidamente nos daremos cuenta de la grandeza del ser humano en capacidad de adaptación al medio.

Correr con calor

A consecuencia del interés sobre las ventajas innatas del hombre para correr de manera natural durante mucho tiempo, el término “caza de persistencia” también ha adquirido inusitado interés, y estoy seguro que muchos de ustedes han visto el reportaje de David Attenborough (famoso científico y divulgador naturalista) que habla sobre los nativos del desierto del Kalahari, únicos representantes en la actualidad de este tipo de caza. Hace un año y medio, escribí en mi blog personal un artículo sobre este tema, intentando relacionarlo con el correr descalzo/minimalista, y con la intención de justificar y aclarar el concepto que expuse en la primera línea de este articulo: “el hombre está hecho para correr”. Puede resultar presuntuoso que sea yo mismo el que recomiende la lectura de uno de mis propios textos, pero creo que podría ayudar a entender de manera sencilla lo anterior, y sobre todo, lo que voy a intentar exponer en los siguientes párrafos. Si ya han leído el artículo que acabo de recomendar, doy por hecho que sabrán la importancia que tiene la sudoración para el ser humano: importancia capital. Sudar es lo que nos hace ser mucho más eficientes corriendo que cualquier otro animal, y es lo que nos permite correr durante largas distancias y durante mucho tiempo sin llegar a la extenuación.

La “caza por persistencia”, la antropología, y la sudoración, me lleva a compartir con ustedes un artículo que leí el otro día, y mediante el cual su autor expone de manera acertada una crítica a la ropa técnica, muy de moda y usada por corredores de largas distancias en todo el mundo. Jason Robillard sostiene que el uso de camisetas técnicas mientras corremos largas distancias con altas temperaturas, es contraproducente para mantener el rendimiento a niveles óptimos. A primera vista, podríamos pensar que es un error, ya que los materiales ligeros de estas prendas deportivas nos mantendrían frescos durante más tiempo, pero quizás esta creencia pueda ser infundada. Si lo pensamos bien, las camisetas técnicas están diseñadas para que la evaporación del sudor sea rápida y efectiva, pero en términos biológicos, esto sería poco apropiado para el ser humano, porque como ya hemos dicho, la evaporación del propio sudor por medio de la piel es la principal forma de mantener la termorregulación corporal, y en consecuencia, de mantener el cuerpo fresco. Intentaré resumir de manera sencilla e inteligible el contenido del artículo que Robillard escribió al respecto.

El cuerpo humano genera una gran cantidad de calor cuando corremos, esto es un hecho indiscutible. En climas fríos es una clara ventaja, ya que ese calor generado nos ayuda a mantener una temperatura corporal que contrarreste las inclemencias de las bajas temperaturas, pero en climas calurosos y secos, la cosa cambia drásticamente. El cuerpo empieza a perder la capacidad de disipar el calor, y por consiguiente, se pierde la eficiencia pudiendo aparecer la hipertermia y los golpes de calor, lo que nos llevaría a condiciones realmente peligrosas para nuestra salud.

Los mecanismos que tiene el cuerpo humano para refrescarse son:

• La sudoración: nuestro cuerpo produce sudor que se evapora en la piel enfriándola, es decir, el sudor nos enfría porque se evapora mediante el calor corporal. Consumimos agua para reemplazar la perdida a través del sudor, evitando así la deshidratación. En un entorno donde la evaporación es difícil (alta humedad), la refrigeración por evaporación es menos eficiente. Es importante tener en cuenta que la sudoración tiene un potencial de enfriamiento finito, o sea que es un error creer que se puede combatir el calor mientras se beba lo suficiente…

• Vasodilatación: los pequeños capilares que se encuentran cerca de nuestra piel se ensanchan, permitiendo que circule más sangre por las zonas más superficiales de la misma. De esta manera, y al enfriarse la piel por la evaporación del sudor, la sangre también se enfría gracias a los procesos de radiación, convección y conducción. Después, la sangre más fría vuelve al interior de nuestro cuerpo para ayudar a regular la temperatura de nuestros órganos… Más o menos como funciona el radiador de un coche.

• Los pelos del cuerpo se aplanan. Los diminutos pelos que cubren nuestros cuerpos se relajan, lo que aumenta el flujo de aire sobre la piel (y la pérdida de calor por convección.).

Evidentemente, los factores ambientales influyen directamente en el ser humano y en su capacidad de adaptación al medio. Los mecanismos anteriormente nombrados trabajan juntos para que podamos realizar ejercicios y esfuerzos potenciales en un clima caliente, pero en algún momento, puede que las condiciones ambientales sean lo suficientemente extremas como para que comencemos a perder algunas de estas opciones de refrigeración. Por ejemplo, cuando la temperatura del aire ambiente está por encima de la temperatura de nuestra piel, nuestro cuerpo ya no puede arrojar el exceso de calor a través de la radiación o de la conducción; de hecho, nuestro cuerpo absorbe el calor del medio ambiente. Eventualmente, la humedad también puede ser un problema, ya que cuando el aire está saturado con vapor de agua (100% de humedad relativa), el sudor ya no se evapora, desapareciendo de este modo el efecto de enfriamiento por evaporación. Además, la falta de movimiento del aire puede ser una cuestión problemática ya que perdemos la capacidad para disipar el calor por convección (otro de los sistemas de enfriamiento antes nombrados), por eso es mejor una agradable brisa que una completa calma a la hora de realizar actividades físicas.

En la segunda parte del artículo seguiremos hablando de la termorregulación corporal y de cómo las distintas prendas de vestir influyen en la misma.

Salud!